martes, 9 de mayo de 2017

REPOSO DEL SEÑOR

REPOSO DEL SEÑOR
Texto: Hebreos 4:1-13
Introducción
¿Qué es descanso, reposo? ¿Será que el tenemos una idea de reposo como sinónimo de no hacer nada, de no trabajar, como una jubilación eterna? ¿Qué es lo que hemos aprendido en los capítulos anteriores?
Hasta el momento se ha enfatizado que en las Escrituras hay cuatro ideas sobre el significado del reposo de Dios (Sabbath):
1)       Es el sétimo día de la creación (o Sabbath) donde Dios reposó de toda su obra (Gn. 2:2; Heb. 4:4-6).
2)       La tierra prometida de Canaán, para el pueblo de Israel que salió de Egipto (Dt. 12:8-12; Salmo 95).
3)       Paz con Dios, mediante Cristo Jesús (Mt. 12:28; Heb. 4:1, 3, 8-11).
4)       Vida eterna futura con Cristo (Heb. 4:8-11).
Para los tratamientos de nuestro texto, los cuatro significados son integrados, para explicar la profunda necesidad que tienen los creyentes de reposar en Dios, dado los ejemplos históricos del descanso de Dios y la imposibilidad del pueblo de Israel de entrar en el reposo del Señor.
Eso nos servirá de ejemplo y exhortación, para tomar otra decisión diferente que nos lleve a fortalecer nuestra relación y comunión con Dios. La clave del peregrinaje de los creyentes, no es cómo se inicia en la fe, sino cómo terminamos. Recordar lo que Dios ha hecho en nuestras vidas, nos motiva a seguir hacia adelante, para proseguir hacia la meta de llamado en Cristo Jesús.

I.            Temamos (vv. 1-3)
Por eso, mientras siga en pie la promesa de descansar con Dios, debemos tener cuidado. Sería una lástima que alguno de ustedes no pudiera recibir de Dios ese descanso. Porque nosotros oímos la buena noticia, igual que aquellos israelitas que salieron de Egipto. Sólo que a ellos no les sirvió de nada oírla, porque no creyeron en el mensaje.
(Pero) Nosotros, en cambio, los que sí hemos creído en la buena noticia, disfrutaremos de la paz y de la tranquilidad que Dios nos ha prometido. Pero a los que no creyeron, Dios les dijo: «Por eso, ya enojado decidí: “No voy a permitirles entrar en la tierra prometida, donde los haré descansar.”» Dios dijo esto, refiriéndose a su descanso cuando terminó de crear el mundo. (TLA)
a)       ¿A qué? A tener la promesa de entrar en el reposo y no entrar.
b)       El pueblo de Israel escuchó el anuncio de la Palabra del Señor, pero no entraron por no tener fe.
c)       Lo que hemos creído (tener fe en la palabra de Dios) entramos en el reposo.
Aplicación:
¿Qué tenemos que aprender? Evidentemente, este texto nos lleva a reflexionar sobre nuestro caminar en el Señor, si al escuchar la Palabra de Dios, la acompañamos de fe para seguir al Señor. Sigue la misma exhortación, a no ser oidores olvidadizos; que oyen semanalmente o diariamente, la Palabra de Dios, pero no la obedecen en fe. Eso hace que no disfrutemos de la paz y la tranquilidad de lo que significa vivir bajo la sombra del omnipotente Dios.

II.            Evidencia bíblica (vv. 4-9)
Porque en alguna parte de la Biblia se habla así del día sábado: «En el séptimo día Dios descansó de todo su trabajo.»  Y en cuanto a este punto, vuelve a decir: «Ustedes jamás entrarán en mi lugar de reposo.» Los primeros en oír la buena noticia desobedecieron a Dios, y por eso no pudieron recibir su descanso. Pero la promesa de Dios sigue en pie, porque él nos dio una nueva oportunidad, como lo dijo por medio de David en el pasaje de la Biblia, que ya mencionamos: «Si hoy escuchan la voz de Dios, no sean tan tercos.» Si Josué hubiera podido hacer que los israelitas descansaran realmente en paz y tranquilidad, Dios no habría hablado de otra oportunidad. Pero todavía esperamos el día en que nosotros, el pueblo de Dios, recibiremos el descanso que Dios nos ha prometido (TLA).
a)       El descanso de Dios.
El teólogo holandés, Bavinck escribió lo siguiente sobre el descanso de Dios, después de su obra de creación:
“Cuando Dios completó la obra que había hecho al séptimo día, Él descansó al séptimo día de toda su obra (Gén. 2:2; Éxo. 20:11; 31:17). De esta manera la Escritura describe la transición de la obra de creación a la de preservación. Como la Escritura también aclara (Isa. 40:28), este descanso no fue ocasionado por la fatiga, ni consistía en que Dios estaba por allí haciendo nada. El crear, para Dios, no es trabajo, y el preservar no es descanso. El “descanso” de Dios únicamente indica que Él cesó de producir nuevas clases de cosas (Ecle. 1:9,10); que la obra de la creación, en el sentido limitado y verdadero de producir cosas de la nada (productio rerum ex nihilo), había terminado; y que Él se deleitaba en su obra completada con satisfacción divina (Gén. 1:31; Éxo. 31:17; Sal. 104:31).”[2]
El descanso de Dios es el disfrute de su obra creadora, el deleite que Dios tiene en ver su creación desarrollarse y alcanzar el designio para la cual fue creada.
¿Por qué Dios se deleita en su obra creadora? En su libro, Los Deleites de Dios, el pastor John Piper nos da cinco razones por las que Dios se deleita en Su obra creadora. Dios se regocija en sus obras porque:
        1)       Estas son una expresión de su gloria.
        2)       Ellas lo alaban.
        3)       A través de ellas se revela su sabiduría.
        4)       Ellas revelan su poder incomparable.
        5)       Ellas nos conducen más allá de sí mismas. Nos conducen a Dios.[3]
b)       Entrar en el reposo con Dios.
Aquí está la invitación, de entrar en el reposo con Dios, para admirar Su obra. Hay una escena en la película el Rey León, donde el rey de la planicie Mufasa lleva a su hijo, Simba para que admiren sus dominios[4], están admirando su reino. Eso mismo quiere el Señor que entremos con Él en Su reposo, que admiremos su obra.
La generación que salió de la esclavitud de Egipto, no entró en el reposo (admirar la obra de Dios) en la tierra de Canaán, porque fueron desobedientes. Ese es el peligro que podemos correr, si en vez de admirar lo que Dios hizo y está haciendo, seamos desobedientes a Su santa voluntad.
En el versículo 9, aparece una palabra: “reposo”, que viene de la palabra griega sabbatismos (σαββατισμός, G4520), observancia del día de reposo. Se utiliza en Heb. 4.9: «un reposo» (RV, RVR, RVR77; VM: «descanso»; LBA: «reposo sagrado»; NVI: «un día de reposo»; relacionado con sabbatizo, observar el día de reposo, utilizado, p.ej., en Éxo. 16:30: “Así el pueblo reposó el séptimo día”, y que no aparece en el NT. La observancia del día de reposo que aquí se menciona es el reposo eterno que los creyentes gozarán ininterrumpidamente en su comunión con el Padre y el Hijo, en contraste con el día de reposo semanal bajo la Ley. Debido a que este reposo sabático es el reposo del mismo Dios (Éxo. 4:10), su pleno goce es aún futuro, aunque los creyentes ya entren en él ahora. Sea cual fuere la forma en que entren en el reposo divino, aquello que disfrutan está incluido en una relación indisoluble con Dios[5].
Aplicación:
Para el autor de la carta, ese peregrinar de los israelitas hacia el descanso de la tierra prometida sería, en la intención de Dios, “figura” de otro descanso más noble y elevado ofrecido a todos los seres humanos, aquel del que El mismo goza desde la creación del mundo y que ciertamente conseguiremos si permanecemos firmes en la fe en Jesucristo.
Esta es la invitación que se nos hace, deleitarnos (reposo) en lo que Dios se deleita. ¿Te estás deleitando en lo que Dios ha hecho y está haciendo en tu vida? ¿Estás listo para vivir en obediencia a Dios y admirar su voluntad en ti?

III.            Esforcémonos (vv. 10-13)       
En ese día, el pueblo de Dios descansará por fin de su trabajo, así como Dios descansó del suyo. Por eso, hagamos todo lo posible por obedecer a Dios, para que en ese día recibamos su descanso. No sigamos el ejemplo de los que no creyeron la buena noticia. Cada palabra que Dios pronuncia tiene poder y tiene vida. La Palabra de Dios es más cortante que una espada de dos filos, y penetra hasta lo más profundo de nuestro ser. Allí examina nuestros pensamientos y deseos, y deja en claro si son buenos o malos. Nada de lo que Dios ha creado puede esconderse de él, pues Dios puede verlo todo con claridad, y ante él seremos responsables de todo lo que hemos hecho.
Esa es la exhortación, hacia eso va la historia el gran descanso de Dios, donde todo entrará en el reposo eterno. Pero, solo los que obedecen a Dios, podrán recibir ese descanso. Ahora, se requiere de una gran honestidad para hacer una revisión constante y se requiere de la palabra de Dios, la cual es la base sobre la que debemos examinarnos, para recibir ese poder y la vida que tiene.
Porque ella (la Palabra de Dios) es poderosa para cortar y discernir (examinar) los pensamientos y más profundos deseos del corazón. No podemos ocultarnos de la mirada de Dios, y debemos aceptar la responsabilidad de nuestros actos. Solo así, podremos vivir en el reposo del Señor, diariamente.
Aplicación
¿Estás listo para esforzarte? No para salvarte, porque la salvación es la obra de la gracia de Dios. Pero, una vez que eres salvo, debes esforzarte en caminar en obediencia con Dios, para entrar en ese descanso prometido, que puedes disfrutar en esta vida, y que será realidad en la gloria eterna.

Conclusión
¿Qué se necesita para entrar en el reposo del Señor? ¿Qué debes hacer, como discípulo de Cristo?
1)       Oír la Palabra de Dios con fe.
2)       No ser desobediente a la Palabra del Señor.
3)       Esforzarte por seguir adelante, permitiendo que la Palabra de Dios escudriñe tu vida.
4)       Deleitarse en la obra de Dios, descansar en que Él está actuando en tu vida, aunque no lo percibas.


[1] Sermón predicado el domingo 19 de marzo de 2017, en la Iglesia Ministerios Centro Cristiano de Cartago.
[2] Tomado de http://contra-mundum.org/castellano/libros/dogmatica/PrincipioA07.pdf, revisado el sábado 18 de marzo de 2017.
[3] (Piper, 2006, págs. 92-106)
[5] (Vine, 2000)

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