LA BIBLIA PARA HOY
INTRODUCCIÓN
Las Sagradas Escrituras son al discípulo de
Cristo, lo que el agua es a los peces, o el oxígeno a los seres vivos, sin ella
moriríamos. Pero, ¿qué significa la Biblia para ti? ¿Cuál es el lugar que le
estás dando hoy las Escrituras, en tu vida y familia? ¿Dependes de la Palabra
de Dios, para caminar en tu vida de fe?
ANÉCDOTA: En la
población de Yu Yang, en la China Occidental, un joven compró un ejemplar del
Evangelio Según San Lucas, en su dialecto chino. Cuando llegó a su hogar, durante
tres días consecutivos estuvo leyendo ese Evangelio sin ayuda de ningún
predicador u otra persona cristiana. Lucas se posesionó de su vida de tal
manera que el joven chino hizo a un lado todo lo que le estorbaba para
estudiarlo; y entretanto estuvo esperando alguna indicación de Dios para saber
qué debía hacer. En eso llegó un misionero a la villa y el joven chino
descubrió con gusto que las gentes de otros países también sabían algo de
Jesús. Después, cuando el misionero Hsu Ming Chih encontró al joven chino
descubrió que éste había aprendido de memoria el evangelio de Lucas; y, lo
mejor de todo, lo había aprendido de corazón, pues estaba practicándolo.
Esto demuestra lo que puede hacer un solo ejemplar del evangelio. Cada
vez que doy un evangelio creo que producirá un buen resultado.
1)
LO
QUE ES LA BIBLIA.
Para describir lo que la Biblia debe ser
para nosotros, usaremos algunas metáforas que muestran la función en nuestras
vidas. Hay más metáforas, pero solo expondremos las siguientes.
a)
Es
alimento para el hambriento.
Y te afligió, y te hizo tener hambre, y
te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían
conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo
lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.
Del mandamiento de sus labios
nunca me separé; Guardé las palabras de su boca más que mi comida.
Fueron
halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por
alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de
los ejércitos.
El
respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda
palabra que sale de la boca de Dios.
La Escritura es comparada con el alimento
básico que todo ser humano necesita para sobrevivir, sin él moriría.
Si realmente vas a crecer como discípulo de
Cristo, debes alimentarte diariamente de las Escrituras. Sin ellas estás
muerto, espiritualmente; si solo dependes del culto o de la reunión de tu
célula o grupo, estás débil e imposibilitado para enfrentar los desafíos que
implica ser un discípulo de Cristo y listo para vencer las tentaciones y
circunstancias que enfrentas.
b)
Es gozo
y luz para el discípulo.
Salmos 19:8; 119:105; 130
(19:8) Los mandamientos de Jehová son
rectos, que alegran el corazón; el precepto de Jehová es puro, que alumbra los
ojos.
(119:105) Lámpara es a mis pies tu
palabra, y lumbrera a mi camino.
(119:130) La exposición de tus palabras
alumbra; hace entender a los simples.
Proverbios 6:23;
Porque el
mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz, Y camino de vida las
reprensiones que te instruyen.
Jeremías 15:16
Fueron
halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por
alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de
los ejércitos.
2 Pedro 1:19
Tenemos
también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos
como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y
el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;
Nuestra sociedad contemporánea se
caracteriza por la fantasía de la satisfacción por tener cosas o aparentar, que
lleva a las personas al engaño de creer que tienen alegría y gozo. Si se le
suma, la gran oscuridad generalizada en todas los niveles de la sociedad, hace
que vivamos en un mundo infeliz y en oscuridad.
¿Cómo enfrentan esta realidad los creyentes?
Con las Escrituras, ella son el verdadero gozo para nuestras vidas y la luz que
ilumina nuestro peregrinaje por este mundo.
Si la Biblia, viviríamos infelices y en
oscuridad.
c) Es
Agua que limpia.
Efesios 5:26
Para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento
del agua por la palabra.
Los pecadores estamos manchados, al presentarnos delante de Dios. Solo
a través de las escrituras es que podemos ser limpios y así, estar delante de
Dios. Las Escrituras son el agua que, bajo la guía del Espíritu Santo, nos
limpia constantemente para vivir para Dios.
d) Es
la Espada del Espíritu
Efesios 6:17b
La espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.
¿Cómo vamos a defendernos, frente a nuestros enemigos? ¿Cuál es el
instrumento de pelea que tenemos? La Biblia es cual espada, que usamos para
luchar en este mundo. Con las Escrituras enfrentamos a Satanás, el mundo y a
nuestra propia naturaleza. Sin ella, estamos indefensos ante sus ataques.
Respondiendo a nuestra pregunta del inicio,
¿qué significa para ti la Biblia? Podemos afirmar que la Biblia es nuestro
alimento, gozo, luz, agua que nos limpia, y espada. ¿Así miras la Palabra de
Dios?
2)
Disciplinas
básicas para vivir por la Palabra.
Si la Palabra de Dios es alimento diario,
luz en medio de la oscuridad, gozo en un mundo de dolor y tristeza, agua que
limpia mis manchas pecaminosas y la espada del Espíritu para luchar con mis
enemigos, ¿cómo podemos sacarle provecho a la Palabra de Dios, para que se esto
en nuestras vidas?
El catecismo menor de Westminster, dedica
dos preguntas (las preguntas N° 89 y N° 90) a la forma en la palabra de Dios es
eficaz para salvar:
Pregunta N°89. ¿Cómo viene la palabra a ser eficaz para la salvación? El Espíritu de Dios
hace que la lectura, y aún más especialmente, la predicación de la palabra,
sean medios eficaces de convencer y de convertir a los pecadores, y de
edificarles en santidad y consuelo por la fe, hasta la salvación (Nehemías 8:8; Santiago 1:21; Hechos 20:32;
Romanos 15:4; II Timoteo 3:15).
Pregunta N°90. ¿Cómo ha de ser leída y escuchada la palabra para que
se haga eficaz para la salvación? A fin de que la palabra se haga eficaz para
nuestra salvación, hemos de prestarle atención con diligencia, preparación de
espíritu y oración; hemos de recibirla con fe y amor, atesorarla en el corazón
y practicarla en la vida (Deuteronomio
6:6,7; 1 Pedro 2:1,2; Salmo 119:11,18; Romano 1:16; II Tesalonicenses 2:10;
Santiago 1:25).
Lo anterior nos indica que la única manera de
que las Escrituras sean relevantes a nuestras vidas es a través de oír, leer,
estudiar y orar (meditar) en la Palabra de Dios. Les compartiré tres
disciplinas espirituales que fortalecerán tu relación con Dios, a través de las
Escrituras.
a)
Escuchar
la Palabra de Dios (Lucas 11:28; Romanos
10:17).
Lucas
11:28
Y él dijo:
Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan.
Romanos
10:17
Así que la
fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
Básicamente, la obediencia implica escuchar
la instrucción u orden y seguirla. Oír la Palabra es esencial para que vivas
como discípulo de Cristo.
b)
Leer
la Palabra de Dios (Mateo 12:3, 5, 19:4;
Lucas 10:26; Hechos 8:30; Apocalipsis 1:3).
Mateo 12:3; 5; 19
(12:3) Pero él
les dijo: ¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y los que con él
estaban tuvieron hambre;
(12:5) ¿O no
habéis leído en la ley, cómo en el día de reposo los sacerdotes en el templo
profanan el día de reposo, y son sin culpa?
Lucas 10:26
Hechos 8:30
Apocalipsis 1:3
Bienaventurado el que lee, y los que oyen las
palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el
tiempo está cerca.
c)
Estudiar
la Palabra de Dios (Esdras 7:10; Hechos
17:11).
Esdras 7:10
Porque
Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová y para
cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos.
Hechos 17:11
Y éstos
eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra
con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas
cosas eran así.
CONCLUSIÓN
Como se ha mencionado, esta congregación
tiene como distintivo ser una congregación que proclama y demuestra el
evangelio del Reino de Dios. Por lo tanto, estamos comprometidos en leer,
enseñar, predicar y obedecer las Escrituras.
Por eso, cada domingo cantamos su Palabra,
leemos textos bíblicos y dedicamos tiempo a la predicación expositiva de las
Escrituras.
Ahora, cada uno de ustedes debería dedicar
tiempo a oír, leer y estudiar la Palabra. En familia deben reunirse a leer
diariamente la Biblia, como una disciplina que nos ayude ser mejores discípulos
de Cristo.
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