domingo, 17 de septiembre de 2017

HEREJÍAS TRINITARIAS

HEREJÍAS TRINITARIAS[1]
INTRODUCCIÓN
Tal vez se esté preguntando, ¿por qué razón debemos ver estos temas, y si serán relevantes para nuestra vida espiritual y desarrollo congregacional? El tema es vital, debido a que el mismo Jesús dice que: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17:3). Conocer al único Dios verdadero es importante, porque en eso consiste la vida eterna. Sino conozco al dios verdadero, no tengo la vida eterna.
Por eso, nos proponemos establecer la verdadera doctrina ortodoxa[2] de la Trinidad y las principales herejías, que se han presentado.

             I.              DOCTRINA DE LA TRINIDAD
Antes de analizar los principales errores doctrinas que se han dicho de la doctrina de la Trinidad, veamos las afirmaciones teológicas y bíblicas, para comprender mejor esta verdad bíblica tan importante para nosotros.
Una comprensión teológica y bíblica del quién es Dios nos ayudará a caminar por la senda de una espiritualidad bíblica y nos acercará al Dios vivo y verdadero.
1)    Afirmaciones teológicas.
El Catecismo Menor, pregunta y respuesta N°6, nos enseña lo que debemos afirmar sobre la doctrina bíblica de la Trinidad:
“¿Cuántas personas hay en la Divinidad? R/ Hay tres personas en la Divinidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; y estas tres personas son un solo Dios, las mismas en sustancia, iguales en poder y en gloria (Mat. 3:16, 17; 28:19; 2 Cor. 13:11; 1 Juan 1; 5: 18; Hch. 5:3-4; Heb. 1:3)[3].
Básicamente, lo que nos enseña es que Dios existen en tres personas: Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo; no son tres Padres, ni tres Hijos, ni Tres Espíritus Santos. Son un solo Dios, iguales en su esencia, poder y gloria. Por eso debo adorar a un solo Dios, que es tres personas.
En la Confesión de Fe de Westminster capítulo II artículo III, se lee:
“En la unidad de la Divinidad hay tres Personas, de una sustancia, poder y eternidad; Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. El Padre no es engendrado ni procede de nadie; el Hijo es eternamente engendrado por el Padre, y el Espíritu Santo procede eternamente del Padre y del Hijo”[4].
Este párrafo nos amplía lo expuesto anteriormente, describiendo la relación dinámica que existe en la Divinidad: Dios el Padre no es engendrado ni procede de nadie, es el creador de todo y el que decreta la redención. Dios el Hijo, es eternamente engendrado por el Padre, expresando la relación filian que tienen y a la vez, estableciendo su obra redentora al ser enviado a tomar cuerpo humano, para morir por nuestra salvación. Y Dios Espíritu Santo, fue enviado (precede) del Padre y del Hijo, para aplicar los beneficios de la redención.
La doctrina de la Trinidad es un esfuerzo para definir la plenitud de la Deidad en términos de su unidad y su diversidad. La formulación histórica de la Trinidad es que Dios es uno en esencia y tres en persona. Aunque esta fórmula es misteriosa y paradójica, no conlleva de modo alguno una contradicción. Con respecto a la esencia o el ser, se afirma la unidad de la Deidad; con respecto a la persona, se expresa la diversidad de la Deidad[5].
El gran teólogo del siglo XVIII, Jonathan Edward, expresa así lo que es la Trinidad, dándonos una idea más clara de cómo podemos entenderlo mejor:
 “Y supongo que esta es esa bendita Trinidad de la que leemos en las Santas Escrituras. El Padre es la Deidad sustentadora en el principio, sin origen y más absoluta, o la Deidad en su existencia directa. El Hijo es la Deidad generada por la inteligencia de Dios (logos), o al tener una idea de él mismo y permanecer en ella. El Espíritu Santo es la Deidad sustentadora en la práctica, o la esencia divina fluyendo y respirando sucesivamente en el amor infinito de Dios y el deleite en sí mismo. Y creo que toda la esencia divina subsiste verdadero y claramente tanto en la idea divina como en el amor divino, y que cada una de ellas son personas debidamente diferenciadas”[6].
Es importante reconocer que en la Divinidad hay unidad (un solo Dios), como diversidad (tres personas). Esto es lo que algunos teólogos han descrito como el principio del uno y los muchos, concepto importante que señala la necesidad de la afirmación del individuo (uno) y su convivencia en comunidad (muchos).
2)    Afirmaciones Bíblicas.
Ante las afirmaciones teológicas, debemos encontrar las afirmaciones bíblicas, ¿qué dicen las Escrituras sobre la doctrina de la Trinidad? Lo que encontramos en la Biblia es afirmación de la existencia de un solo Dios, la unidad de la Divinidad, y encontramos la afirmación de que cada persona de la Divinidad es Dios.
a)    Unidad de la Divinidad
En los siguientes textos, se afirma que solo existe un solo Dios; por lo tanto, demuestran la unidad en la Divinidad.
Deuteronomio 6:4  
(6:4) Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.
Isaías 44:6; 45:5; 1:1-31  
(44:6) Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios.
(45:5) Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí.
Jeremías 10:10
(10:10) Mas Jehová es el Dios verdadero; él es Dios vivo y Rey eterno;
1 Corintios 8:4; 6  
(8:4) Acerca, pues, de las viandas que se sacrifican a los ídolos, sabemos que un ídolo nada es en el mundo, y que no hay más que un Dios.
(8:6) para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.
Efesios 4:5-6  
(4:5-6)  5un Señor, una fe, un bautismo, 6un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.
b)    Diversidad de la Divinidad
La afirmación bíblica de que cada una de las personas de la Divinidad son el único, verdadero y eterno Dios, lo podemos demostrar por varios pasajes; pero hay dos que nos ayudarán a demostrar la doctrina de la Trinidad.
Mateo 3:16-17  
(3:16-17)  16Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. 17Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.
Mateo 28:19  
(28:19) Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;
2 Corintios 13:14  
(13:14) La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.
1 Pedro 1:2  
(1:2) elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.
Si hay textos que afirman la solo existencia de Dios, y hay textos que afirman la que el Padre es Dios, el Hijo es Dios y el Espíritu Santo es Dios, llegamos a la conclusión de que Dios es uno en esencia y tres personas.
             
             II.             HEREJÍAS TRINITARIAS
A través de la historia, las verdades expuestas anteriormente, ha sido atacadas para eliminar la doctrina bíblica de la Trinidad. Si esa verdad es eliminada, no comprenderemos correctamente ni a Dios ni el evangelio, por lo tanto, la salvación provista por Jesucristo y aplicada por el Espíritu Santo estarían en dudas.  
Por eso, expondremos algunas de las principales herejías que se han presentado en la historia, con la observación de que actualmente, siguen apareciendo con otros nombres y matices, pero los mismos errores del pasado.
Trataremos tres que se caracterizaron por atacar la verdad ortodoxa de la Trinidad: “la monarquiana referida (principalmente) al Padre; la arriana, al Hijo; y la macedonia, al Espíritu Santo”[7]
1)    Monarquismo.
Herejía que se desarrolló en el siglo II d.C. y es “la tendencia al énfasis en la unidad de Dios, y rechaza la Trinidad personal”[8].
“El Monarquianismo fue dividido en dos grupos principales: los monarquíanos dinámicos y los monarquíanos modales: El Monarquianismo Dinámico enseña que Dios es el Padre y que Jesús es sólo un hombre, negando la subsistencia personal del Logos y que el Espíritu Santo es una fuerza o presencia de Dios el Padre. El Monarquianismo Modal enseña que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son sólo modos de la única persona la cual es Dios. En otras palabras, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo no son personas simultáneas y separadas, sino modos consecutivos de una sola persona”[9].
Esta herejía fue llevada a muchas otras más, que posteriormente fueron eliminadas por los diferentes defensores de la ortodoxia cristiana. 
2)    Arrianismo.
Esta herejía fue promovida por Arrio que fue presbítero de Alejandría en el siglo IV d.C. Un historiador de la iglesia de Cristo, describe la idea principal de esta herejía en estos términos:
“La enseñanza arriana pretendía dar una explicación racional del dogma cristiano de la Trinidad, al extremar la diferencia entre las personas del Padre y del Hijo hasta el punto de negar a éste el atributo divino. El Padre, es el único ser realmente eterno. El Hijo es engendrado, es decir, creado por el Padre, y no existía antes de ser engendrado; en consecuencia, no es igual ni consustancial al Padre… Jesús es Dios por denominación y adopción, y no es Hijo por naturaleza, Es, empero, la más perfecta de las criaturas”[10].
La herejía arriana provocó una gran sisma o división en la cristiandad en los siglos III al V d.C. Para lograr la defensa de la fe ortodoxa, se convocó al Primer Concilio Ecuménico de la cristiandad, el Concilio de Nicea que se reunió en el 325 d.C. De esta reunión de los obispos cristianos, se aprobó el Credo de Nicea, que defiende la doctrina de la Trinidad. El Credo de Nicea dice así: 
Creemos en un solo Dios, Padre Todopoderoso, creador de Cielo y Tierra, de todo lo visible e invisible. Creemos en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho. Que por nosotros y por nuestra salvación bajó del cielo: por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen y se hizo hombre. Por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato: padeció y fue sepultado. Resucitó al tercer día, según las Escrituras, subió al cielo y está sentado a la derecha del Padre. De nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su Reino no tendrá fin. Creemos en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe en una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creemos en la Iglesia, que es una, santa, universal y apostólica. Reconocemos un solo bautismo para el perdón de los pecados. Esperamos la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. AMEN[11].
3)    Macedonianismo. Herejía que negaba la divinidad del Espíritu Santo, y lo consideraban una creatura del Hijo. El Espíritu Santo no es Dios, sino un instrumento creado que Dios utiliza[12]. Lo consideraban una fuerza impersonal, que Dios utilizaba para llevar a cabo sus propósitos eternos.

CONCLUSIONES
A manera de conclusión, me gustaría darles algunas recomendaciones que se desprenden del este estudio, para nuestras vidas como cristianos.
1)    Espirituales. “Tenemos la tendencia a convertirnos en aquello que admiramos y disfrutamos. Y cuanto mayor sea nuestra admiración, mayor será la influencia que aquello ejercerá sobre nosotros”[13]. Al conocer más al Dios Trino, y amarlo como es, serás transformado a su imagen y semejanza. La verdadera espiritualidad es un camino donde se admira al Dios Trino y su obra redentora, para que nos transforme según su voluntad.
2)    Educativos. La educación cristiana hace el énfasis en el individuo (principio de individualidad), Dios nos creó únicos, diferentes y con habilidades y talentos que nadie más tiene, somos su creación especial; pero, debemos relacionarnos con otros (principio de unidad y unión), donde nuestra diferencia bendice y complementa al prójimo, nuestros dones y habilidades fueron dadas para ayudar a otros, en eso radica el amor al prójimo. Sino educamos a nuestros hijos bajo estos principios, estaremos llevándolos por una senda donde les contará más comprender al Dios de la Biblia, que uno y muchos a la vez.
3)    Ser discípulo. Jesús nos dijo: “Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:31-32). Si quieres ser un verdadero discípulo de Jesús, debes permanecer en la verdad de las Escrituras, debes conocer la verdad del evangelio, debes conocer a Dios Trino cada día. Solo así serás un verdadero discípulo de Cristo, solo así serás libre para servir a Dios.

Bibliografía

Orr, J. (1988). El Progreso del Dogma. Barcelona, España: Editorial CLIE.
Piper, J. (2005). Sed de Dios. Barcelona, España: Publicaciones Andamio.
Piper, J. (2006). Los Deleites de Dios. Miami, Florida: Editorial Vida.
Ramírez, A. (2010). Los estándares de Westminster. San José, Costa Rica: Editorial CLIR.
Sproul, R. (1996). Las Grandes Doctrinas de la Biblia. Miami, Floridad: Editorial UNILIT.
Vila, S., & Santamaría, D. (1979). Enciclopedia ilustrada de la historia de la Iglesia. Terrassa, Barcelona: Editorial CLIE.




[1] Sermón predicado el domingo 17 de setiembre de 2017, en la iglesia Ministerios Centro Cristiano de Cartago.
[2] Ortodoxa: que sigue fielmente los principios de una doctrina.
[3] (Ramírez, 2010, pág. 121)
[4] Ídem, pág. 11.
[5] (Sproul, 1996, pág. 37)
[6] (Piper, Sed de Dios, 2005, pág. 45)
[7] (Orr, 1988, pág. 86)
[8] Ídem, pág. 88
[9] http://www.miapic.com/monarquianismo, visitado el sábado 16 de setiembre de 2017.
[10] (Vila & Santamaría, 1979, pág. 205)
[11] http://www.contra-mundum.org/castellano/declaraciones/Credos.html, visitado el sábado 16 de setiembre de 2017.
[12] http://www.iglesiapueblonuevo.es/index.php?codigo=historiap94, visitado el sábado 16 de setiembre de 2017.
[13] (Piper, Los Deleites de Dios, 2006, pág. 18)

domingo, 11 de junio de 2017

¡SEÑOR, AUMÉNTANOS LA FE!

¡SEÑOR, AUMÉNTANOS LA FE!
Texto: Hebreos 11:13-16
INTRODUCCIÓN
En las últimas semanas, hemos dado un vistazo a lo que significa vivir por fe. En Hebreos 11, hay una lista grande de personajes que con su ejemplo, nos dan testimonio de cómo se vive para Dios.
Pero, la fe es más que confiar en que Dios me va a ayudar a salir de una situación que estoy pasando. La fe nos debe llevar a ver más allá de la situación particular, nos deben llevar a ver a Dios actuar, en medio de lo que vivimos. Incluso, nos debería trascender lo temporal, para adentrarnos en lo eterno; en lo que Dios está llevando a cabo y me está haciendo partícipe.
Creo que la oración que debe hacer en nuestros corazones es: ¡Señor, auméntanos la fe! Porque todas estas personas, lograron mucho y sin embargo, fue poco comparado con las promesas que se le hicieron; pero, no creo tenerla fe que ellos tuvieron, para vivir de la manera en que vivieron.
ESQUEMA DEL TEXTO
¿Cómo podemos comprender este texto, para comprenderlo mejor? La estructura que tiene el texto es el siguiente:
13Conforme a la fe murieron todos éstos
sin haber recibido lo prometido,
sino        mirándolo de lejos,
                                               y creyéndolo,
y saludándolo,
y confesando que eran extranjeros y
peregrinos sobre la tierra.
14Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria;
15pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver.
16Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad.
Esto es lo que nos enseña el texto, de cómo podemos aumentar nuestra fe y vivir como hombre y mujeres de fe en Dios.
1)    La fe los preparó, les permitió y fortaleció para enfrentar la muerte, sin haber recibido todas las promesas, sobre los cuales cimentaron su fe. Ellos se arriesgaron a vivir y morir por su fe. Estuvieron dispuestos a todo, aún hasta morir sin que se cumpliera lo prometido, pero con la confianza puesta en Dios, de que se cumpliría con el paso de los años y otros la verán.
La promesa hecha a Abraham fue darle la tierra de Canaán y hacer de él una gran nación (Génesis 12:3). El cumplimiento no lo vio mientras vivió, porque nunca heredó la tierra, y solo conoció a Isaac, su hijo y a los hijos de Isaac, Esaú y Jacob (Génesis 21:5; 25:7, 26).
¿Se cumplió la promesa hecha a Abraham, mientras vivía? No, murió sin verlo. Pero, se cumplió con el tiempo, porque la promesa hecha a Abraham se cumplió en Cristo Jesús, en quien la descendencia de Abraham, ha heredado la tierra y su pueblo es numeroso.
Abraham sabía que las promesas de Dios son eternas, y por eso, nunca consideró que las cosas temporales, pudieran quitarle el lugar que solo lo tenía Dios y Su voluntad.
Doctrina Bíblica: Todo creyente debe vivir y morir por fe. Por eso cual, debe alimentarse diariamente con la Palabra de Dios: “Así que la fe es por el oír y el oír, por la Palabra de Dios (Romano 10:17).
¿Estás alimentando tu fe con la Palabra de Dios diariamente? ¿La estás leyendo, oyendo o cantando? Debes desarrollar el hábito de oír la Palabra de Dios. Debes esforzarte, porque si no estás alimentado tu fe en las promesas de Dios, vas a tener una fe débil para enfrentar la vida y la muerte.
Los Reformadores lo expresaron de la siguiente manera, en la pregunta y respuesta N°1 del Catecismo de Heidelberg, compuesto en 1563:
P.1. ¿Cuál es tu único consuelo tanto en la vida como en la muerte? R/ Que yo, con cuerpo y alma, tanto en la vida como en la muerte, no me pertenezco a mí mismo, sino a mi fiel Salvador Jesucristo, que me libró del poder del diablo, satisfaciendo enteramente, con su preciosa sangre, por todos mis pecados, y me guarda de tal manera que sin la voluntad de mi Padre celestial ni un solo cabello de mi cabeza puede caer, antes es necesario que todas las cosas sirvan para mi salvación. Por eso también me asegura, por su Espíritu Santo, la vida eterna y me hace pronto y aparejado para vivir en adelante según su santa voluntad.
2)    Por la fe, murieron viendo de lejos (visión) creyeron (obediente), saludaron (pasión) y confesaron (compromiso) la promesa que Dios les dio. Ellos vivieron por fe, porque su fe les llevó ver, obedecer, tener pasión y comprometerse con la Palabra y promesa que Dios les dio. Ellos estaban anhelando la gloria de Dios; ellos la vieron, creyeron, la disfrutaron y confesaron la gloria de Dios, como una realidad presente.
Abraham tenía anhelos. Uno de ellos era tener una descendencia, tener hijos. Pero, aunque se cumplió la promesa de tener un hijo y una descendencia; no fue nada en comparación de anhelar la gloria de vivir para los propósitos eternos de Dios, y ser un eslabón en la gran cadena de la historia redentora.
Ese fue el gran anhelo de Abraham y todos los que, por fe, vivieron anhelando la gloria de Dios. Ellos estaban “intoxicados de Dios”, vivieron y murieron por fe en Dios y sus promesas.
Doctrina Bíblica: La Gloria de Dios es lo más sublime, hermoso y el anhelo más profundo de todo discípulo de Cristo. Por lo tanto, el fin principal de todo ser humano es anhelar la gloria de Dios, mientras disfrutan de Dios para siempre (Catecismo de Westminster, pregunta y respuesta N°1).
¿Anhelas profundamente la gloria de Dios? Como los escribió el autor, John Piper, en su excelente libro Los Deleites de Dios:
“La verdadera dimensión de un alma se ve en sus deleites. Lo que revela nuestra excelencia o nuestra vileza no es lo que deseamos con diligencia, sino lo que anhelamos con pasión. El alma se mide por sus vuelos: algunos bajos, otros altos. El corazón se conoce por sus deleites y las satisfacciones nunca mienten… El valor y excelencia de un alma se miden por el objeto de su amor” (pág. 17).
Dime qué anhelas profundamente, y te diré quién eres y cuál es tu verdadero compromiso de vida. El mismo autor escribió: “Tenemos la tendencia a convertirnos en aquello que admiramos y disfrutamos. Y cuanto mayor sea nuestra admiración, mayor será la influencia que aquello ejercerá sobre nosotros” (pág. 18). ¿Qué admiras y disfrutas más, en tu vida? Sino es el Dios de la Biblia y su Palabra, ¿qué puede ser? Porque en influenciará tu vida y en ese te convertirás.
3)    La razón del tipo de fe que mostraron estos creyentes. El texto nos dice la razón, ellos buscaban algo superior a la realidad que tenía, una patria celestial; un lugar donde está Dios. Ellos anhelaban estar con Dios. Por eso, Dios no se avergüenza de llamarse Su Dios, porque ellos no se avergüenzan de Dios y sus promesas: “Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles” (Marcos 8:38).
Aunque Abraham y todos los demás, fueron personas de fe y vivieron por fe, siempre apuntaron a un destino mejor. Un destino centrado en Dios mismo. En realidad, vivieron centrados en lo que Dios les revelaba de su voluntad.
Vivieron obedeciendo a la voz de Dios, en vez seguir los ofrecimientos de poder, riqueza, fama y gloria que este mundo ofrece. Todo esto es basura, en comparación con una vida centrada en Dios.
Y como sello a la fe de estas personas, Dios no se avergüenza de usar sus nombres como apellido: Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob, Dios de Rahab, Dios de Noé, Dios de David…
Doctrina Bíblica: Dios nunca se avergonzará de Sus Hijos; porque ellos, no se avergüenzan de Su Dios, y lo llaman Padre.
¿Confiesas a Jesús, como tu Señor y Salvador, delante de otras personas; con tus hechos y tus palabras? ¿Demuestras, con tu vida, que Jesús es tu Señor?
CONCLUSIONES
¿Por qué debemos aumentar nuestra fe, para anhelar un mejor destino centrado en la gloria de Dios? Este texto nos señala cuatro razones para aumentar diariamente nuestra fe en Dios, para tener una vida de fe centrada en la gloria de Dios.
1)    Porque por la fe, debes abrazar las promesas eternas de la gloria de Dios, en vez de lo temporal.
¿Cómo logras abrazar las promesas eternas de la gloria de Dios? Tiene que desarrollar el hábito de oír, leer, meditar y estudiar la Palabra diariamente, tanto de manera personal como familiarmente.
2)    Porque por la fe, debes busca un mejor destino, uno centrado en Dios y Sus Promesas, en vez de los ofrecimientos del mundo.
¿Cómo logras para buscar un mejor destino centrado en Dios? Solo se hace al caracterizar tu vida por la obediencia a la Palabra de Dios. Para que las promesas de Dios sean una realidad en tu vida, debes obedecer la voluntad de Dios, expresada en las Escrituras.
3)    Porque por la fe, debes anhelar la gloria de Dios, en vez, de los deseos vanos y pecaminosos.
¿Cómo logramos anhelar la gloria de Dios? Dios es glorificad, no solo cuando vemos su gloria, sino cuando nos regocijamos en ella (Piper, 2009, pág.92). No es lo mismo hablar de las propiedades deleitosas de la miel, que probar la dulzura de la miel.
La clave de tu éxito como discípulo de Cristo es anhelar y disfrutar de la gloria de Dios, tanto en esta vida como en la siguiente.
4)    Porque por la fe, debes rendirte completamente a Dios y confesarlo delante de las personas, para que Él no se avergüenza de ti.
¿Cómo Dios no se va a avergonzar de nosotros? Solo si lo confesamos delante de otros. Si nuestras conversaciones son un disfrute de las excelencias de Dios; solo si nuestros pensamientos, se elevan a anhelar comprender la voluntad de Dios, en las situaciones que estamos viviendo. Solo si nuestro tiempo, está dedicado a servir a Dios y el prójimo.

Trabajos citados

Piper, J. (2006). Los Deleites de Dios. Miami, Florida: Editorial Vida.
Piper, J. (2009). La pasión de Dios por Su Gloria. Miami, Florida: Editorial Unilit.

lunes, 15 de mayo de 2017

LA BIBLIA PARA HOY

LA BIBLIA PARA HOY
INTRODUCCIÓN
Las Sagradas Escrituras son al discípulo de Cristo, lo que el agua es a los peces, o el oxígeno a los seres vivos, sin ella moriríamos. Pero, ¿qué significa la Biblia para ti? ¿Cuál es el lugar que le estás dando hoy las Escrituras, en tu vida y familia? ¿Dependes de la Palabra de Dios, para caminar en tu vida de fe?
ANÉCDOTA: En la población de Yu Yang, en la China Occidental, un joven compró un ejemplar del Evangelio Según San Lucas, en su dialecto chino. Cuando llegó a su hogar, durante tres días consecutivos estuvo leyendo ese Evangelio sin ayuda de ningún predicador u otra persona cristiana. Lucas se posesionó de su vida de tal manera que el joven chino hizo a un lado todo lo que le estorbaba para estudiarlo; y entretanto estuvo esperando alguna indicación de Dios para saber qué debía hacer. En eso llegó un misionero a la villa y el joven chino descubrió con gusto que las gentes de otros países también sabían algo de Jesús. Después, cuando el misionero Hsu Ming Chih encontró al joven chino descubrió que éste había aprendido de memoria el evangelio de Lucas; y, lo mejor de todo, lo había aprendido de corazón, pues estaba practicándolo.
Esto demuestra lo que puede hacer un solo ejemplar del evangelio. Cada vez que doy un evangelio creo que producirá un buen resultado.

1)    LO QUE ES LA BIBLIA.
Para describir lo que la Biblia debe ser para nosotros, usaremos algunas metáforas que muestran la función en nuestras vidas. Hay más metáforas, pero solo expondremos las siguientes.
a)    Es alimento para el hambriento.
Deuteronomio 8:3
Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.
Job 23:12  
Del mandamiento de sus labios nunca me separé; Guardé las palabras de su boca más que mi comida.
Jeremías 15:16
Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos.
Mateo 4:4
El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
La Escritura es comparada con el alimento básico que todo ser humano necesita para sobrevivir, sin él moriría.
Si realmente vas a crecer como discípulo de Cristo, debes alimentarte diariamente de las Escrituras. Sin ellas estás muerto, espiritualmente; si solo dependes del culto o de la reunión de tu célula o grupo, estás débil e imposibilitado para enfrentar los desafíos que implica ser un discípulo de Cristo y listo para vencer las tentaciones y circunstancias que enfrentas.
b)    Es gozo y luz para el discípulo.
Salmos 19:8; 119:105; 130
(19:8) Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; el precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos.
(119:105) Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.
(119:130) La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples.
Proverbios 6:23;
Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz, Y camino de vida las reprensiones que te instruyen.
Jeremías 15:16
Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos.
2 Pedro 1:19
Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;
Nuestra sociedad contemporánea se caracteriza por la fantasía de la satisfacción por tener cosas o aparentar, que lleva a las personas al engaño de creer que tienen alegría y gozo. Si se le suma, la gran oscuridad generalizada en todas los niveles de la sociedad, hace que vivamos en un mundo infeliz y en oscuridad.
¿Cómo enfrentan esta realidad los creyentes? Con las Escrituras, ella son el verdadero gozo para nuestras vidas y la luz que ilumina nuestro peregrinaje por este mundo.
Si la Biblia, viviríamos infelices y en oscuridad.
c)    Es Agua que limpia.
Efesios 5:26  
Para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra.
Los pecadores estamos manchados, al presentarnos delante de Dios. Solo a través de las escrituras es que podemos ser limpios y así, estar delante de Dios. Las Escrituras son el agua que, bajo la guía del Espíritu Santo, nos limpia constantemente para vivir para Dios.
d)    Es la Espada del Espíritu
Efesios 6:17b
La espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.
¿Cómo vamos a defendernos, frente a nuestros enemigos? ¿Cuál es el instrumento de pelea que tenemos? La Biblia es cual espada, que usamos para luchar en este mundo. Con las Escrituras enfrentamos a Satanás, el mundo y a nuestra propia naturaleza. Sin ella, estamos indefensos ante sus ataques.
Respondiendo a nuestra pregunta del inicio, ¿qué significa para ti la Biblia? Podemos afirmar que la Biblia es nuestro alimento, gozo, luz, agua que nos limpia, y espada. ¿Así miras la Palabra de Dios?

2)    Disciplinas básicas para vivir por la Palabra.
Si la Palabra de Dios es alimento diario, luz en medio de la oscuridad, gozo en un mundo de dolor y tristeza, agua que limpia mis manchas pecaminosas y la espada del Espíritu para luchar con mis enemigos, ¿cómo podemos sacarle provecho a la Palabra de Dios, para que se esto en nuestras vidas?
El catecismo menor de Westminster, dedica dos preguntas (las preguntas N° 89 y N° 90) a la forma en la palabra de Dios es eficaz para salvar:
Pregunta N°89. ¿Cómo viene la palabra a ser eficaz para la salvación? El Espíritu de Dios hace que la lectura, y aún más especialmente, la predicación de la palabra, sean medios eficaces de convencer y de convertir a los pecadores, y de edificarles en santidad y consuelo por la fe, hasta la salvación (Nehemías 8:8; Santiago 1:21; Hechos 20:32; Romanos 15:4; II Timoteo 3:15).
Pregunta N°90. ¿Cómo ha de ser leída y escuchada la palabra para que se haga eficaz para la salvación? A fin de que la palabra se haga eficaz para nuestra salvación, hemos de prestarle atención con diligencia, preparación de espíritu y oración; hemos de recibirla con fe y amor, atesorarla en el corazón y practicarla en la vida (Deuteronomio 6:6,7; 1 Pedro 2:1,2; Salmo 119:11,18; Romano 1:16; II Tesalonicenses 2:10; Santiago 1:25).
Lo anterior nos indica que la única manera de que las Escrituras sean relevantes a nuestras vidas es a través de oír, leer, estudiar y orar (meditar) en la Palabra de Dios. Les compartiré tres disciplinas espirituales que fortalecerán tu relación con Dios, a través de las Escrituras.
a)    Escuchar la Palabra de Dios (Lucas 11:28; Romanos 10:17).
Lucas 11:28  
Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan.
Romanos 10:17  
Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
Básicamente, la obediencia implica escuchar la instrucción u orden y seguirla. Oír la Palabra es esencial para que vivas como discípulo de Cristo.
b)    Leer la Palabra de Dios (Mateo 12:3, 5, 19:4; Lucas 10:26; Hechos 8:30; Apocalipsis 1:3).
Mateo 12:3; 5; 19  
(12:3) Pero él les dijo: ¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y los que con él estaban tuvieron hambre;
(12:5) ¿O no habéis leído en la ley, cómo en el día de reposo los sacerdotes en el templo profanan el día de reposo, y son sin culpa?
(12:19) No contenderá, ni voceará, Ni nadie oirá en las calles su voz.
Lucas 10:26  
El le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?
Hechos 8:30  
Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que lees?
Apocalipsis 1:3  
Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.
c)    Estudiar la Palabra de Dios (Esdras 7:10; Hechos 17:11).
Esdras 7:10  
Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos.
Hechos 17:11
Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así.

CONCLUSIÓN
Como se ha mencionado, esta congregación tiene como distintivo ser una congregación que proclama y demuestra el evangelio del Reino de Dios. Por lo tanto, estamos comprometidos en leer, enseñar, predicar y obedecer las Escrituras.
Por eso, cada domingo cantamos su Palabra, leemos textos bíblicos y dedicamos tiempo a la predicación expositiva de las Escrituras.

Ahora, cada uno de ustedes debería dedicar tiempo a oír, leer y estudiar la Palabra. En familia deben reunirse a leer diariamente la Biblia, como una disciplina que nos ayude ser mejores discípulos de Cristo.

SERMONES DE PEDRO

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