lunes, 17 de diciembre de 2012

EL IMPACTO DE LA NAVIDAD


Pastor Maynor Miguel Agüero Obregón[1]
Introducción
El “Cuento de Navidad” de Charles Dickens se ha extendido como un clásico en esta época. Narra la vida de un anciano egoísta y avaro, llamado Scrooge, es visitado por tres fantasmas: el fantasma de la navidad pasada, el fantasma de la navidad presente y el fantasma de la navidad futura. Que el muestran estas facetas de la navidad en su vida y las consecuencias de seguir teniendo una vida amargada, egoísta y avara. Al final del cuento, él cambia y se vuelve amable, generoso y muy cariñoso con sus semejantes.
El cuento tiene un mensaje positivo y algo, del que podemos aprender mucho. Así que quiero valerme de la idea de los fantasmas de las navidades, para mostrar tres facetas de la navidad verdadera, la navidad centrada en Cristo y oro para que el impacto de estás, afecte profundamente nuestras vidas.
Las tres facetas de la navidad, que quiero exponer, son: la navidad pasada, una promesa anunciada; la navidad presente, una promesa cumplida; y la navidad futura, una promesa impactante.
I.       La navidad pasada, una promesa anunciada (Isaías 7:14).
Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.
Este es uno de los textos que anuncian la llegada del Mesías prometido. El profeta Isaías sirvió como un profeta de Judá desde 740-681 a.C.
Fue dado en un momento de mucha tribulación, porque Jerusalén es atacada por Siria y Efraín. En medio de esta situación, es dada una profecía, es dada una promesa de salvación (v.15-16).
Pero, dicha promesa es el anuncio de algo mucho más grande; la promesa anunciada tiene que ver con la llegada del Mesías, el Emanuel, Dios con nosotros.
Es una navidad pasada, apenas los testigos de esta profecía, tenían la suficiente fe para comprender las consecuencias de lo que estaban oyendo. Pero, creyeron al dador de la promesa, en vez de la promesa misma. Su fe estaba puesta en Dios, como bien lo dice el libro de Hebreos 11.6: Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
Así, debe ser nuestra fe. En esta época, una de las cosas en las que debemos reflexionar, son en las promesas que Dios ha hecho, ¿cómo está tu fe, con respecto a lo que Dios ha dicho que haría en nuestras vidas? ¿Cómo actuamos ante la vida? ¿Qué te mueve en la toma de decisiones, la fe en el Dios de las promesas, o en las circunstancias de la vida? Vive por fe, eres un hijo de fe; vive creyendo en el Dios que cumplió la promesa de hacerse carne para morir por nuestros pecados.

II.      La navidad presente, una promesa cumplida (Lucas 2:8-20).
8Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. 9Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. 10Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: 11que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. 12Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre. 13Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: 14¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres! 15Sucedió que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha manifestado. 16Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. 17Y al verlo, dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño. 18Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían. 19Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. 20Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho.
Como el Señor lo había anunciado, la promesa se ha cumplido. Dios se ha hecho carne.
Aquí tiene más sentido, la promesa hecha hace más de 700 años. Dios está en medio de nosotros. Pero, ¿quién lo sabe?
La navidad presente, adquiere relevancia para los desposeídos, los ignorantes, los menos indicados. Al ver el nacimiento del Mesías, solo vemos a sus padres, quienes eran pobres, a los humildes pastores, que no sabían nada, hasta que fueron avisados por el ángel.
¡Qué cuadro más paradójico: el Rey del universo, nació ignorado por los poderosos de su época; fueron los menos indicados y los ignorantes del acontecimiento, que lo recibieron!
Así, debe ser nuestro anuncio de la navidad. Una anuncio a los más desposeídos, a los pobres, a los hambrientos, a los necesitados, en fin a todos lo que están viviendo sin Dios y sumergidos en pecado y miseria. Debemos ser “ángeles” o mensajeros enviados con un solo anuncio: El ángel les dijo: No tengan miedo, traemos buenas noticias que les darán mucha alegría a todos.  Hoy estamos recordando el nacimiento del Salvador, que es Cristo el Señor. Vengan adórenlo, obedézcanlo y sírvanlo”.

III.    La navidad futura, una promesa impactante (Juan 3:16-21)
16Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 17Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. 18El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. 19Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. 20Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. 21Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.
A partir de la promesa anunciada y su respectivo cumplimiento, la promesa mueve al futuro, para impactar las vidas de toda la humanidad.
Para nosotros cada navidad es navidad futura, porque está ocurriendo años después del cumplimiento de la promesa, Dios con nosotros. Hoy solo celebramos, lo que ya se ha cumplido.
Es aquí donde tiene mayor significado las palabras del Apóstol Juan, en cuanto al propósito de la navidad, es recordanos que Dios envió a su Hijo Jesucristo, para dar vida eterna, a los que creen en Él.
La verdadera navidad debe impactar las vidas de las personas, porque se les anuncia una transformación dada por Dios, a sus vidas, para que vivan para Dios y Su Palabra.
Dios ha hecho esta promesa, ¿la crees? Dios ha cumplido la promesa, ¿vives a la altura de ese cumplimiento? Dios está impactando a otras personas, con su palabra, ¿serás instrumentos en las manos de Dios, para llevar la promesa de Dios a otros?

Conclusión
Es mi oración, que en esta navidad, te des el tiempo a reflexionar lo que significa está época y cómo puedes vivirla, para la gloria de Dios y la extensión de Su Reino.
Oro para que tu fe se afirme en las promesas hechas por Dios y registradas en la Biblia. Oro para que seas un mensajero de buenas nuevas, a los que necesiten oír, que Jesús está cerca, Jesús está entre nosotros.
Oro para que el Espíritu Santo impacte tu vida, con el poder transformador de su palabra; y seas un testigo a otros del mensaje de Cristo.
Las palabras del compositor y cantante Marcos Vidal, son ciertas en medio de la crisis que tiene nuestra fe, en la canción: El verbo se hizo carne. Dejemos que sea él, quien nos lo cante, puedes oírlo en el siguiente link: http://www.youtube.com/watch?v=wIwtSInG5hE
El verbo se hizo carne, Marcos Vidal.
Se acometen grandes empresas
en el nombre de JESUS
nuevos héroes cristianos
en honor de multitud
todo está bien calculado
calidad profesional
cuan más alto lleguemos
más podremos conquistar
y que noble sentimiento
y que ,que contradicción
que sirviendo al maestro
nos traicione el corazón
y caigamos en la trampa
de la torre de babel
que nadando en abundancia
olvidemos nuestra fe:

que el verbo se hizo carne
descendió de la luz
su camino fue hacia abajo
y entrego su juventud
y cuantos resistiremos
la mirada de Jesús
dibujada en el recuerdo de una cruz

Nos seducen más las luces
y el impacto emocional
la respuesta de las masas
y el carisma personal,
que lo puro y verdadero
escondido en un rincón
nos deslumbra más la fama
que el calor del corazón.
Yo prefiero estar más cerca
de la cruel necesidad
y llorar con los que lloran
y ofrecerles la verdad
y aprender a ser cristianos
a la lumbre de mi hogar
y tener algún amigo
que me ayude a recordar

// Que el verbo se hizo carne
descendió de la luz
su camino fue hacia abajo
y entrego su juventud
y cuantos resistiremos
la mirada de Jesús
dibujada en el recuerdo de una cruz //
/// dibujada en el recuerdo de una cruz ///


[1] Pastor-maestro de la iglesia Ministerios Centro Cristiano de Cartago.

martes, 4 de diciembre de 2012

ENCENDER LA LUZ EN NAVIDAD


Lic. Maynor Agüero Obregón
Texto: Isaías 9:1-7
Contexto actual
Hay varios indicadores que nos dicen que nuestro mundo contemporáneo es muy difícil. Al llegar diciembre, hay un marcado pesimismo que es disimulado con el consumismo, expresado en las compras compulsivas de regalos y el gasto desmedido, que se hace.
La época de navidad ha dejado de ser un tiempo de reflexión y celebración cristiana, para convertirse en un tiempo de gasto, celebraciones caracterizadas por la eliminación del verdadero sentido de la navidad. Hay un bombardeo por secularizar la navidad, o sea, eliminar cualquier distintivo cristiana de esta época. Vienen películas donde el personaje principal es Santa Claus; anuncios en la televisión, con un “jo, jo, jo, feliz navidad”. Los adornos están llenos de éste persona, de tal manera que la navidad se identifica más con Santa Claus, que con Jesucristo. Ese cambio, está creando un ambiente de tinieblas en navidad.
¿Por qué tinieblas? Porque si apagamos la razón de la navidad, estamos haciendo todo lo que se hace en navidad: regalos, decoración, cenas, celebraciones y otras, no tiene ningún propósito. En medio de esta realidad, ¿qué dice la Biblia? ¿Cuál es la propuesta bíblica, frente al avance de las tinieblas en nuestra época?
Contexto del texto
A los escritos proféticos de Isaías, se les coloca al principio de los libros proféticos, no solo por su extensión, sino por la predominante referencia al Mesías, de quien todos los profetas dieron testimonio; tanto que justamente se le apellida el Profeta Evangélico, y hasta hubo escritores antiguos que lo llamaron el quinto evangelista. En cuanto al contenido de las profecías, es de primerísima importancia y utilidad: sirve para convencer de pecado, instruir en el deber y consolar en la aflicción. El método de las profecías de Isaías es reprochar el pecado y las amenazas de castigo, y luego, están las palabras de consuelo[1].
EL capítulo 9 es la continuación de las palabras proféticas, iniciadas en el capítulo 8; donde se profetiza el éxito del rey de Asiria contra Damasco (Siria), Samaria (Israel) y Judá, que los dos primeros serán devastados y el tercero, le proporcionará un gran susto. Así, que en una gran tinieblas está cubriendo al pueblo de Dios. En Isaías 8.22, describe la realidad de la nación de Israel y Judá: Y mirarán a la tierra, y he aquí tribulación y tinieblas, oscuridad y angustia; y serán sumidos en las tinieblas. Similar a nuestra realidad contemporánea, que cada día se llena más de oscuridad, angustia y tribulación. ¿Qué nos puede decir el texto, para que vivamos un verdadero tiempo de navidad?
Hay tres cosas que Dios hará en medio de las tinieblas del pueblo de Judá, que debemos imitar.
1)    Una luz gloriosa hará desaparecer las tinieblas (v.1-2). Estas tribus habían caído en manos de sus enemigos y estaban en tinieblas; pero, Dios promete que la luz volvería a brillar en esas tierras, porque las sombras de la muerte no podrán prevalecer durante mucho tiempo.
Este es un llamado a ser luz en medio de un mundo sumergido en tinieblas: Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la casa. Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo (Mateo 5:14-16, NVI). Debemos ser los portadores de la luz del evangelio de Cristo, a todos aquellos que nos rodean y aún llevarlo a más personas, que no tendrán más luz, en sus vidas que la que les podamos dar. Sé en esta navidad una luz de esperanza, a una persona.
2)    Un incremento del regocijo y la alegría (v.3). El profeta habla en términos de una realización de la promesa: “Tú aumentaste el regocijo, y acrecentaste la alegría” (RVC). Dios ya lo hizo, eso es lo que hay que celebrar y alegrarnos. Dios sigue actuando y por lo tanto, debemos celebrar, adorarle, dar acciones de gracia y alabanza. ¿Por qué? Porque Dios ha aumentado la alegría y el gozo, en Cristo Jesús está la máxima expresión de regocijo. Navidad es un tiempo para llevar alegría y regocijo a otros. Sé en esta navidad una sonrisa, que lleve gozo a una persona, que está pasando dolor, tribulación y tristeza.
3)    Hará libertad (v.4-5). No se sabe con claridad a qué liberación próxima se refiere el pasaje; probablemente se refiera a la intervención silenciosa y milagrosa de Dios para impedir que Senaquerib se hiciese amo de Jerusalén. Pero, el pasaje va más allá de ese momento, llega al N.T., al momento de la apareciendo del libertador de todos los oprimidos, como bien fue declarado por el mismo Señor Jesús: El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos” (Lucas 4:18). El objetivo del evangelio es quebrantar el yugo del pecado y de Satanás, quitar la pesada carga de la culpa y de la corrupción, para otorgarnos la gloriosa libertad en Cristo Jesús.
La navidad debe ser un tiempo para reflexionar en la libertad que Jesucristo nos dio, y a la vez, nos debe hacer actuar para que otros escuchen de la libertad que significa estar en Cristo.
¿Cómo vas a pasar la navidad? Puedes pasarla igual a todo el mundo, o hacer la diferencia al llevar el evangelio de la luz, el gozo y la libertad de Cristo, a un mundo cada vez más sumergido en la oscuridad, la tristeza y la esclavitud. Una forma interesante, es poder colaborar con la fiesta que se está organizando para unos 100 niños en riesgo social, para que puedan disfrutar de la alegría, y así presentarles la luz y la libertad que se tiene en Cristo Jesús.
CONCLUSIÓN
Por último, ¿cómo hará Dios esto? De la forma más hermosa y paradójico, el nacimiento de un niño, el Mesías, Emanuel (7.14). Desde el mismo nacimiento se marcará el estilo de vida y obra del ministerio de Jesús (v.6): su humillación y su exaltación; al darle cuatro calificativos: (a) maravilloso consejero, (b) Dios fuerte, (c) Padre eterno, y (d) Príncipe de paz.
Además, su trono está por encima de todo (v.7). Este gobierno divino (a) se irá extendiendo y dilatando, (b) será un imperio de paz ilimitado, (c) será administrado por la prudencia y equidad, y (d) el mismo Dios se compromete a poner esto por obra
Quiero terminar con una reflexión de adviento del pastor y teólogo colombiano, Harold Segura: “Seguir a Jesús significa vivir a la espera; significa vivir bajo la certeza de que existe un mañana mejor. Ni las alegrías fugaces de este mundo, ni las tristezas duraderas tienen la última palabra. Ni las prosperidades de los pocos, ni las miserias de los muchos se mantendrán así por siempre. Creer en Jesús es creer en el triunfo de la justicia sobre la injusticia, de la paz sobre las guerras, del amor sobre el odio. Pero, la esperanza cristiana no es como aquellas que nos invitan a mirar el futuro sin hacer nada que cambie el presente. Es, por el contrario, una esperanza que trasforma nuestra manera de ser y de estar en este mundo. Por creer que el mañana será mejor, ya no se soporta cualquier presente y se lucha para transformarlo”[2].
Sé el cambio que quieres ver. Celebra la navidad de la manera que quieres que el otros la celebren. Lleva la luz del evangelio, el gozo de la redención, y la libertad en Cristo a todos los que te rodean, para que celebremos juntos que “un niño nos es nacido,  hijo nos es dado,  y el principado sobre su hombro;  y se llamará su nombre Admirable,  Consejero,  Dios Fuerte,  Padre Eterno,  Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite,  sobre el trono de David y sobre su reino,  disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre.  El celo de Jehová de los ejércitos hará esto”.

SERMONES DE PEDRO

INTRODUCCIÓN En los anteriores sermones se ha explorado la forma en que los discípulos de Jesús se desarrollaron como una comunidad unid...