Lic. Maynor Agüero Obregón
“Hay apatía en todas partes. A nadie le preocupa saber si lo que se predica es verdad o mentira. Un sermón es un sermón, sin importar su tema; pero eso sí, entre más corto sea, mejor”. C.H. Spurgeon.
Texto: Mateo 1.1
INTRODUCCIÓN: EL INICIO DEL EVANGELIO
Iniciamos una serie de sermones en el evangelio según Mateo, el publicano. Su audiencia son comunidades cristianas de mayorías judías que están en gran persecución por la fe. El escrito tiene el propósito de afirmar en la fe a los nuevos creyentes, al demostrar que Jesucristo es el cumplimiento pleno de las profecías y promesas antiguotestamentarias. En el evangelio de Mateo, “… Dios dice: “He aquí que tu Rey viene” (Zacarías 9.9); en Marcos, Él dice: “He aquí a tu siervo” (Isaías 42.1); en Lucas, Él dice: “He aquí el Hombre” (Zacarías 6.12); en Juan, Él dice: “Ved aquí a vuestro Dios” (Isaías 40.9)” (Bullinger, pág. 175).
¿Cuál es el mensaje del evangelio según Mateo? En el primer versículo, más que dar una lista de los ascendientes de Jesús; sino que nos da la clave sobre la que narrará su escrito. Él inicia así: “Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham” (Mat 1:1). Otras versiones literalmente, dicen: “Libro de los orígenes de Jesucristo, hijo de David e hijo de Abraham” (ver la Biblia Latinoamericana). Mateo es el libro donde se describe el origen de Jesús; conociendo su origen, se conoce su destino.
El término genealogía u orígenes, en griego es genesis (γένεσις, G1078) denota origen, linaje, o nacimiento; sólo aparece tres veces en el Nuevo Testamento (Mateo 1.1; Santiago 1.23; 3.6). El término que está ligado a Génesis 1.1, el libro de los orígenes; si Génesis es el origen o inicio de todo, incluyendo a la humanidad en Adán; Mateo es el origen o inicio de la nueva humanidad en Cristo Jesús, el segundo Adán.
La conexión con Abraham y David es la demostración de que en Jesús, las promesas hechas a ambos, se cumplen. El objetivo básico del libro es “…probar que el Señor Jesús es el Hijo de David, y el Hijo de Abraham, de la nación y de la familia de las que habían de salir el Mesías. Abraham y David fueron, en su respectivo tiempo, los albaceas de las promesas referentes al Mesías” (Henry, pág. 1067). Éste es el hilo conductor del resto de libro, el cumplimiento de la promesa a través de la vida, ministerio, padecimientos, muerte y resurrección de Jesús.
Descubramos las promesas hechas a éstos hombres de fe, y encontremos las verdades que pueden cambiar nuestras vidas hoy.
1. JESÚS, HIJO DE DAVID
Primero, describe el derecho legal que Jesús tiene al trono vacante de David. Antes de morir, se le prometió a David un descendiente que ocuparía para siempre su trono: “Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino. El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino. Yo le seré a él padre, y él me será a mi hijo” (2 Samuel 7:12-14).
Aunque el cumplimiento inmediato está sobre Salomón, hay un vislumbre profético que sólo el Mesías puede cumplir. Salomón dividió el reino de su padre David; pero, Jesús, el Hijo de David, será aquel quien cumpliría la promesa hecha a David. Él será descendiente del linaje davídico; edificaría la casa de Dios, la iglesia (1 Timoteo 3.15); estará en el trono de David reinando para siempre (Lucas 1:32-33); además, Él fue confirmado como el Hijo amado de Dios el Padre (Mateo 3.17; 17.5; Hebreo 1:5).
La misma promesa es declarada en el libro de los Salmos 89.3-4: “Hice pacto con mi escogido; Juré a David mi siervo, diciendo: Para siempre confirmaré tu descendencia, y edificaré tu trono por todas las generaciones”. Salmo 132.11: “En verdad juró Jehová a David, y no se retractará de ello: De tu descendencia pondré sobre tu trono”. La promesa davídica se convirtió en pacto, Dios ha jurado que del linaje de David se levantaría uno que estaría sobre el trono.
Ahora, ¿es Jesús el centro y rey completamente de tu vida? ¿La promesa de que Él reinaría sobre todo, en especial tu corazón y vida, se está cumpliendo? Uno de los grandes problemas con nuestro cristianismo es que queremos al “amigo Jesús”; pero, no al Rey Jesús, el cual tiene un propósito edificar casa a su Padre celestial y llegar a reinar sobre todo y en todo. Un verdadero discípulo de Cristo es identificado porque su vida es un reflejo del reinado de Cristo; todo lo que hace lo hacer para la gloria y honra de su único Rey y Señor, Jesucristo.
¿Qué es la navidad? Es el recordatorio del nacimiento del gran Rey, en un humilde pesebre de Belén. Cada año observo cómo la navidad va perdiendo su verdadero propósito. Los regalos, San Nicolás, el aguinaldo, las fiestas navideñas, el festival de las luces, el espíritu de la navidad y otras tantas cosas, han rebajado el propósito de esta festividad, porque Jesús no es el origen y la motivación; la navidad surgió como un recordatorio del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo. Si vamos a llevar el mensaje de que Jesús es el Rey de nuestras vidas, hemos de tener una navidad centrada en el reinado de Jesús en nuestras actividades.
2. JESÚS, HIJO DE ABRAHAM
Al patriarca se le dio una promesa, después de ser llamado a salir de su tierra y parentela: “Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra” (Génesis 12.3). “En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz” (Génesis 22.18). De su descendencia saldría el bendito de todas las naciones de la tierra, Jesús.
El apóstol Pablo, interpretando éste pasaje dice: “Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo” (Gálatas 3.16). Jesucristo es el cumplimiento de ésta ancestral promesa ser bendición para todos. El esplendor de lo dicho a Abraham está en Cristo. “Dios había prometido a Abraham que en su simiente todas las naciones serían benditas. Cristo, el gran hijo de Abraham, sería la bendición de las naciones. Él traería libertad a todos los pueblos, libertad del pecado y libertad para tener comunión con Dios. Esto lo haría haciendo expiación por el pecado” (De Graaf, pág. 21).
¿Es Cristo Jesús la bendición de tu vida? ¿Dónde buscas la felicidad y el gozo? Nuestra generación busca la felicidad en cosas materiales, en deleites temporales y mundanos, en el reconocimiento, la fama y la popularidad; pero, nada de esto puede darte la verdadera felicidad. Lo peor es que esta espíritu ha logrado insertarse dentro de la iglesia; hoy se ofrece un mensaje para que las personas obtengan sus deleites y caprichos de Dios, como si ser cristiano o vivir la vida cristiana fuera una asunto de obtener lo que deseo a cambio de algunas migajas de tiempo para Dios.
La verdadera felicidad y bendición está en que Jesucristo sea el Señor y Dios de tu vida. No busques a Dios, para que te sane, o te prospere, o te ayude en algún problema financiero u otro; busca a Dios porque quieres la bendición de Dios en Cristo Jesús. “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6.33). ¿Quieres tener una vida de felicidad? Busca el reino de Dios y su justicia, para que Dios añada la bendición que necesitamos para servirle a Él, cada día.
CONCLUSIÓN: PROMESA CUMPLIDA
“Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca; y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho Jehová de los ejércitos” (Hageo 2.6-7).
La promesa hecha a Abraham y a David, se cumple en Cristo Jesús: El Rey que reina sobre el trono para siempre, y el bendito de todas las naciones de la tierra. ¿Cómo afecta esto nuestras vidas? El cumplimiento de la promesa davídica y la abrahámica es la base teológica sobre la que se escribe el evangelio según Mateo. También debe ser la base teológica y bíblica de nuestra congregación. Nuestro mensaje es el anuncio de que el Rey Jesús está en su trono y toda rodilla debe doblarse ante Él; además, de que sólo en Cristo Jesús está la bendición para cualquier persona, que arrepentida, se vuelva a Él. ¿Este el reto que te doy, que tu vida sea una expresión del reinado y bendición de Cristo Jesús? ¿Qué todo lo que hagas éste bajo la voluntad expresa de Dios en la Biblia? ¡Señor Jesús, queremos vivir bajo tu reinado y bendición; Tú lo eres todo para nosotros, ayúdanos a ser verdaderos discípulos tuyos, que hagan tu voluntad y lleven tu bendición a todas las naciones! Amén.
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