Lic. Maynor Agüero Obregón
Hijos de Dios, no importa qué les haga falta porque ustedes tienen un Dios en quien se pueden gloriar en gran manera. Teniendo a Dios ustedes tienen más que si tuvieran todas las cosas, porque todas las cosas vienen de Él; y si todas las cosas fuesen eliminadas, Él podrá restaurar todas las cosas con un simple acto de su voluntad… Que los tiempos sigan su curso, ellos no pueden afectar a nuestro Dios. –C.H. Spurgeon
Texto: Mateo 1.2-17
Introducción
El evangelio de Mateo es el puente entre el A.T. y el N.T.; hay 53 citas del AT y 76 referencias a pasajes del AT. En Mateo hay referencias de 25 de los 39 libros del A.T. La palabra “se cumpliese” se usa unas 12 veces (Wiersbe, pág. 12). Así que la genealogía de Jesús, va a unir la larga historia redentora del A.T., con su respectivo cumplimiento en el nacimiento de Mesías esperado.
Mateo presenta la línea genealógica de José, el padre legal de Jesucristo. La genealogía fue arreglada en tres grupos de catorce, con el propósito de ayudar a la memorización del mismo. En dicha época, los libros no eran tan utilizados y los maestros lo que utilizaban era la memorización completa de sus tratados, así, lograban preservar sus enseñanzas al trasmitirlas oralmente y las escribían para posteriores generaciones. Otro dato interesante es que el total de ascendientes de Jesús suman 42, que puede ser representado como 6 x 7; ambos números con un gran significado bíblicos. El seis es lo humano y el siete la perfección divina, ambos juntos contrastan lo humano y lo espiritual (ver Bullinger, pág. 174-176). Podemos decir que en la genealogía de Jesús, a pesar de los fracasos de esas personas, Dios estaba interviniendo a lo largo de sus vidas.
Con respecto a las tres divisiones, se puede observar lo siguiente:
a) La primera termina con la feliz condición del pueblo bajo David; la segunda, con la ruina; la tercera, con el Salvador.
b) La primera comienza con Abraham, el beneficiario del pacto incondicional de la Tierra (Gén. 15), y acaba con David, el beneficiario del pacto incondicional del Trono (2 Sam. 7).
c) La segunda comienza con Salomón y acaba con la Cautividad; esto es, con la edificación del Templo al comienzo, y con su destrucción al final.
d) La tercera comienza con la Cautividad, la promesa del Mesías por medio de Daniel (cap. 9), y acaba con Su nacimiento en la persona de Jesús. (Bullinger, pág.210).
Ya que la genealogía tiene una estructura numérica, dejemos que los números nos hablan algunas verdades concernientes a los antepasados de Jesús.
1) Una Idea Clave
El principio de elección y selección, de separación y de gracia, está subyacente desde el principio de
toda la historia del Pacto. Aparece en el llamamiento de Abraham, y continúa a través de la historia de los patriarcas; y a pesar de que la familia santa crece y se convierte en una nación, la promesa se limita primariamente a la casa de David, y finalmente a una sola persona; el Hijo de David, el Señor Jesucristo, el único Profeta, el único Sacerdote, el único Rey, en quien el reino de los cielos será abierto a todos los creyentes, y de Él fluyen las bendiciones de salvación sobre todos los seres humanos (Edercherim, pág. 26).
Esa es la historia que se describe en la genealogía de Mateo, la historia redentora desde la promesa hecha a Abraham hasta su pleno cumplimiento en el nacimiento de Jesucristo. No son nombres sacados al azar, sin personas con una historia que cuenta la mano providencial de Dios actuando en sus vidas y dirigiéndolas hacia el cumplimiento de Su divino plan.
Dios sigue actuando de la misma manera. Hoy Él está desarrollando Su Plan que se dirige a la consumación de todas las cosas; al momento en que el gran Rey retorne; el día del juicio final, cuando todos los enemigos sean puestos bajo los pies del Señor Jesús. ¡Tú eres parte del gran plan de Dios, para nuestra nación; sólo debemos ponernos a las órdenes del Rey Jesús y obedecerlo.
2) Dos Doctrinas Importantes
Para comprender mejor cómo Dios actúa y desenvuelve su propósito eterno, debemos comprender dos doctrina claves que dirigía las vidas de los antepasados de Jesús:
a) Providencia de Dios: No hay nadie más que gobierne y controle todo lo que acontece en el universo, sino el Dios Tino. La doctrina bíblica de la providencia establece que Dios de una manera sabia, santa y poderosa preserva y gobierna todas las criaturas y las acciones de estas (Ramírez, pág. 123). En la historia descrita en la genealogía, destaca la mano providencial de Dios en: el llamado de Abraham y la escogencia de David como Rey. Estas y las otras historias, conforman la gran historia de Dios que se ha desarrollados por miles de años, actuando a pesar de los pecados y fracasos humanos.
b) Elección divina: En los actos providenciales, Dios ha escogido a diferentes personas con propósitos específicos. Escogió a Abraham, para que fuera el padre de la nación hebrea; escogió a Jacob sobre su hermano Esaú; escogió a David y así sucesivamente, cada historia es la narración de cómo el Señor escoge personas ordinarias y la usa para que hagan cosas extraordinarias.
Dios sigue actuando igual. Él te ha escogido para un propósito eterno y hará que todas las cosas te ayuden para el bien de ver completado el designio divino (Romanos 8:28-30). ¿Vives aferrado a la mano providencial de Dios para tu vida? ¿Cada circunstancia la recibes como Dios moldeando tu vida, y requiriéndolo para tu bien?
3) Tres reyes omitidos (v. 8)
Es curioso que en el versículo 8, porque Joram no es el padre biológico de Uzías (1 Crónicas 3.11-12), sino de Ocozías. Hay tres reyes que no se mencionan: Ocozías (2 Crónicas 22.1-9), Joás (2 Crónicas 24.1-27) y Amasías (2 Crónicas 25.1-28). ¿Por qué? No se ésta seguro de la razón que tuvo el evangelista para omitirlos, pudo deberse a los hechos de sus vidas, los cuales no fueron los mejores. Puede buscarse las razones en la relación de esos reyes con la casa de Acab; en su mínimo derecho a ser mirados como verdaderos eslabones en la cadena teocrática, esto por su actuar como reyes. El punto es que estos reyes, teniendo la línea real de David, fueron omitidos. Hablamos de un período de 77 años de reinado, incluso hubo una madre reina Atalía (2 Crónicas 22.10-23.21); fue un tiempo muy duro para el puedo de Dios.
La fama, la riqueza y la gloria que en éste mundo se pueda conseguir, no tiene comparación con el gran llamado de Dios. Éstos tres reyes en vida lo tuvieron todo; pero, perdieron el reconocimiento que se obtienen de estar ligado al Señor Jesús. Nuestra mirada debe estar puesta en Jesús, el autor y consumador de nuestra fe. No permitas que la vanagloria de la vida y las riquezas temporales, te impidan estar ligado y ser parte del gran eslabón de la cadena de redención para otros.
4) Cuatro mujeres en la Genealogía
Usted puede ver la gracia de Dios en esta lista de nombres. En esa época no era común que se mencionara a las madres en el árbol genealógico; pero, hay cuatro mujeres mencionadas en los antepasados de Jesús. Note las cuatro mujeres que se mencionan:
(a) Tamar (Gn 38), fue culpable de prostitución y acostarse con Judá.
(b) Rahab (Jos 2; Heb. 11.31), era tanto una prostituta y una extrajera, del pueblo de Jericó.
(c) Rut (Rut) era moabita y la ley prohibía que fuera parte del pueblo de Dios (Dt. 23.3-6).
(d) Betsabé (2 Sam. 12) adúltera con David.
Estas mujeres ilustran la gracia de Dios (Wiersbe, pág. 15). Por ser mujeres, pecadoras y extranjeras es probable que estaban excluidas de muchas cosas; pero, no de la gracia de Dios que inmortalizó sus nombres y acciones por la eternidad, a tal punto que son descendientes de nuestro Señor Jesucristo, donde no hay diferencia entre hombre ni mujer, porque Jesús tomó la semejanza de carne de pecado (Romanos 8.3), para admitir a los grandes pecadores, que creyendo y arrepintiéndose, venga a ser parte del pueblo de Dios.
5) Cinco herederos, que no eran primogénitos
Era costumbre de la época, que los hermanos mayores, o sea el primogénito, heredara el liderazgo de la familia y las posesiones. Pero, en la genealogía de Jesús, aparecen cinco nombres de personas que heredaron la línea familiar, pero no eran primogénitos: Abraham, Jacob, Judá, David y Salomón. Abraham, no era el elegido a tener herencia por su condición de no tener hijos, pero, Dios se lo dio. En el caso de Jacob, la primogenitura era de Esaú; Judá era el cuatro hijo; David era el hijo menor de ocho hijos de Isaí; y Salomón era uno de los hijos menores. Pero, todos recibieron la elección de ser ascendientes de nuestro Señor Jesús.
Esto pone en evidencia la doctrina bíblica de la elección, “…para mostrar así que la preeminencia de Cristo no se debía a la primogenitura de sus antepasados, sino a la pura voluntad de Dios, que exalta a los humildes y pone un honor más abundantemente sobre aquella parte que no lo tiene” (Henry, pág. 1067).
6) Seis lecciones para nuestro caminar
a) Dios sigue teniendo el control de todo lo que sucede hoy.
b) La fiel providencia de Dios, a pesar de los pecados nuestros. Nada puede detener, la gracia efectiva de Dios, porque “donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia (Romanos 5.20).
c) “De tal palo, no siempre es la astilla”; no importa tu pasado, qué pecados hayas cometidos, o el tipo de familia de donde provengas, es la gracia de Dios actuando en tu vida. Si evaluáramos a Jesús por sus antepasados, tendríamos que descalificarlo. Lo que en el pasado se hizo, por la gracia de Dios es eliminados, ninguna “maldición generacional” nos alcanza si estamos en Cristo Jesús.
d) Asegúrate que tu nombre no sea omitido del libro de la vida. En el juicio final, el libro será abierto y los que no se encuentren en él serán condenados (Apocalipsis 20.11-15), ¿tienes que rendirte incondicionalmente al Señor Jesús? ¿Rogarle a Dios el Padre, que tenga misericordia de tus pecados y te envíe su Santo Espíritu, para que te limpie?
e) Servir a Dios no depende de ninguna condición, como estudios, experiencia, conocimiento, santidad u otras experiencias, es la obediencia y sumisión a la voluntad de Dios. No pongas condiciones a Dios, sólo disponte a servir a Dios, a través de compartir con otros la obra de Él en tu vida, al discipular, al amar al prójimo u otra cosa.
f) Si Dios te ha elegido, ¿qué harás, para servir a Dios hoy? Si te has rendido al Señorío de Jesús, es porque Él te ha elegido; así, que debes servir porque para eso fuiste llamado. Amén.
BIBLIOGRAFÍA
Bullinger, E.W. Cómo entender y explicar los números de la Biblia. Barcelona, España: Editorial CLIE.
De Graaf, S. G. (1988). El pueblo de la promesa: El ministerio y muerte de Cristo, Tomo III. Michigan, EUA: Subcomisión de Literatura Cristiana (SLC).
Edersheim, Alfred (2009). Comentario Bíblico Históricos Ilustrado, 6 Tomos en 1. Barcelona, España: Editorial CLIE.
Henry, Matthew (1999). Comentario Bíblico de Matthew Henry. 13 Tomos en 1. Barcelona, España: Editorial CLIE.
Ramírez, Alonso (traductor) (2010). Los Estándares de Westminster: Confesión, Catecismos y Forma de Gobierno. San José, Costa Rica: CLIR.
Wiersbe, Warren W. (2002). Bosquejos Expositivos de la Biblia, Obra Completa. Nashville, EUA: Editorial Caribe.