domingo, 17 de septiembre de 2017

HEREJÍAS TRINITARIAS

HEREJÍAS TRINITARIAS[1]
INTRODUCCIÓN
Tal vez se esté preguntando, ¿por qué razón debemos ver estos temas, y si serán relevantes para nuestra vida espiritual y desarrollo congregacional? El tema es vital, debido a que el mismo Jesús dice que: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17:3). Conocer al único Dios verdadero es importante, porque en eso consiste la vida eterna. Sino conozco al dios verdadero, no tengo la vida eterna.
Por eso, nos proponemos establecer la verdadera doctrina ortodoxa[2] de la Trinidad y las principales herejías, que se han presentado.

             I.              DOCTRINA DE LA TRINIDAD
Antes de analizar los principales errores doctrinas que se han dicho de la doctrina de la Trinidad, veamos las afirmaciones teológicas y bíblicas, para comprender mejor esta verdad bíblica tan importante para nosotros.
Una comprensión teológica y bíblica del quién es Dios nos ayudará a caminar por la senda de una espiritualidad bíblica y nos acercará al Dios vivo y verdadero.
1)    Afirmaciones teológicas.
El Catecismo Menor, pregunta y respuesta N°6, nos enseña lo que debemos afirmar sobre la doctrina bíblica de la Trinidad:
“¿Cuántas personas hay en la Divinidad? R/ Hay tres personas en la Divinidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; y estas tres personas son un solo Dios, las mismas en sustancia, iguales en poder y en gloria (Mat. 3:16, 17; 28:19; 2 Cor. 13:11; 1 Juan 1; 5: 18; Hch. 5:3-4; Heb. 1:3)[3].
Básicamente, lo que nos enseña es que Dios existen en tres personas: Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo; no son tres Padres, ni tres Hijos, ni Tres Espíritus Santos. Son un solo Dios, iguales en su esencia, poder y gloria. Por eso debo adorar a un solo Dios, que es tres personas.
En la Confesión de Fe de Westminster capítulo II artículo III, se lee:
“En la unidad de la Divinidad hay tres Personas, de una sustancia, poder y eternidad; Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. El Padre no es engendrado ni procede de nadie; el Hijo es eternamente engendrado por el Padre, y el Espíritu Santo procede eternamente del Padre y del Hijo”[4].
Este párrafo nos amplía lo expuesto anteriormente, describiendo la relación dinámica que existe en la Divinidad: Dios el Padre no es engendrado ni procede de nadie, es el creador de todo y el que decreta la redención. Dios el Hijo, es eternamente engendrado por el Padre, expresando la relación filian que tienen y a la vez, estableciendo su obra redentora al ser enviado a tomar cuerpo humano, para morir por nuestra salvación. Y Dios Espíritu Santo, fue enviado (precede) del Padre y del Hijo, para aplicar los beneficios de la redención.
La doctrina de la Trinidad es un esfuerzo para definir la plenitud de la Deidad en términos de su unidad y su diversidad. La formulación histórica de la Trinidad es que Dios es uno en esencia y tres en persona. Aunque esta fórmula es misteriosa y paradójica, no conlleva de modo alguno una contradicción. Con respecto a la esencia o el ser, se afirma la unidad de la Deidad; con respecto a la persona, se expresa la diversidad de la Deidad[5].
El gran teólogo del siglo XVIII, Jonathan Edward, expresa así lo que es la Trinidad, dándonos una idea más clara de cómo podemos entenderlo mejor:
 “Y supongo que esta es esa bendita Trinidad de la que leemos en las Santas Escrituras. El Padre es la Deidad sustentadora en el principio, sin origen y más absoluta, o la Deidad en su existencia directa. El Hijo es la Deidad generada por la inteligencia de Dios (logos), o al tener una idea de él mismo y permanecer en ella. El Espíritu Santo es la Deidad sustentadora en la práctica, o la esencia divina fluyendo y respirando sucesivamente en el amor infinito de Dios y el deleite en sí mismo. Y creo que toda la esencia divina subsiste verdadero y claramente tanto en la idea divina como en el amor divino, y que cada una de ellas son personas debidamente diferenciadas”[6].
Es importante reconocer que en la Divinidad hay unidad (un solo Dios), como diversidad (tres personas). Esto es lo que algunos teólogos han descrito como el principio del uno y los muchos, concepto importante que señala la necesidad de la afirmación del individuo (uno) y su convivencia en comunidad (muchos).
2)    Afirmaciones Bíblicas.
Ante las afirmaciones teológicas, debemos encontrar las afirmaciones bíblicas, ¿qué dicen las Escrituras sobre la doctrina de la Trinidad? Lo que encontramos en la Biblia es afirmación de la existencia de un solo Dios, la unidad de la Divinidad, y encontramos la afirmación de que cada persona de la Divinidad es Dios.
a)    Unidad de la Divinidad
En los siguientes textos, se afirma que solo existe un solo Dios; por lo tanto, demuestran la unidad en la Divinidad.
Deuteronomio 6:4  
(6:4) Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.
Isaías 44:6; 45:5; 1:1-31  
(44:6) Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios.
(45:5) Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí.
Jeremías 10:10
(10:10) Mas Jehová es el Dios verdadero; él es Dios vivo y Rey eterno;
1 Corintios 8:4; 6  
(8:4) Acerca, pues, de las viandas que se sacrifican a los ídolos, sabemos que un ídolo nada es en el mundo, y que no hay más que un Dios.
(8:6) para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.
Efesios 4:5-6  
(4:5-6)  5un Señor, una fe, un bautismo, 6un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.
b)    Diversidad de la Divinidad
La afirmación bíblica de que cada una de las personas de la Divinidad son el único, verdadero y eterno Dios, lo podemos demostrar por varios pasajes; pero hay dos que nos ayudarán a demostrar la doctrina de la Trinidad.
Mateo 3:16-17  
(3:16-17)  16Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. 17Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.
Mateo 28:19  
(28:19) Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;
2 Corintios 13:14  
(13:14) La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.
1 Pedro 1:2  
(1:2) elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.
Si hay textos que afirman la solo existencia de Dios, y hay textos que afirman la que el Padre es Dios, el Hijo es Dios y el Espíritu Santo es Dios, llegamos a la conclusión de que Dios es uno en esencia y tres personas.
             
             II.             HEREJÍAS TRINITARIAS
A través de la historia, las verdades expuestas anteriormente, ha sido atacadas para eliminar la doctrina bíblica de la Trinidad. Si esa verdad es eliminada, no comprenderemos correctamente ni a Dios ni el evangelio, por lo tanto, la salvación provista por Jesucristo y aplicada por el Espíritu Santo estarían en dudas.  
Por eso, expondremos algunas de las principales herejías que se han presentado en la historia, con la observación de que actualmente, siguen apareciendo con otros nombres y matices, pero los mismos errores del pasado.
Trataremos tres que se caracterizaron por atacar la verdad ortodoxa de la Trinidad: “la monarquiana referida (principalmente) al Padre; la arriana, al Hijo; y la macedonia, al Espíritu Santo”[7]
1)    Monarquismo.
Herejía que se desarrolló en el siglo II d.C. y es “la tendencia al énfasis en la unidad de Dios, y rechaza la Trinidad personal”[8].
“El Monarquianismo fue dividido en dos grupos principales: los monarquíanos dinámicos y los monarquíanos modales: El Monarquianismo Dinámico enseña que Dios es el Padre y que Jesús es sólo un hombre, negando la subsistencia personal del Logos y que el Espíritu Santo es una fuerza o presencia de Dios el Padre. El Monarquianismo Modal enseña que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son sólo modos de la única persona la cual es Dios. En otras palabras, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo no son personas simultáneas y separadas, sino modos consecutivos de una sola persona”[9].
Esta herejía fue llevada a muchas otras más, que posteriormente fueron eliminadas por los diferentes defensores de la ortodoxia cristiana. 
2)    Arrianismo.
Esta herejía fue promovida por Arrio que fue presbítero de Alejandría en el siglo IV d.C. Un historiador de la iglesia de Cristo, describe la idea principal de esta herejía en estos términos:
“La enseñanza arriana pretendía dar una explicación racional del dogma cristiano de la Trinidad, al extremar la diferencia entre las personas del Padre y del Hijo hasta el punto de negar a éste el atributo divino. El Padre, es el único ser realmente eterno. El Hijo es engendrado, es decir, creado por el Padre, y no existía antes de ser engendrado; en consecuencia, no es igual ni consustancial al Padre… Jesús es Dios por denominación y adopción, y no es Hijo por naturaleza, Es, empero, la más perfecta de las criaturas”[10].
La herejía arriana provocó una gran sisma o división en la cristiandad en los siglos III al V d.C. Para lograr la defensa de la fe ortodoxa, se convocó al Primer Concilio Ecuménico de la cristiandad, el Concilio de Nicea que se reunió en el 325 d.C. De esta reunión de los obispos cristianos, se aprobó el Credo de Nicea, que defiende la doctrina de la Trinidad. El Credo de Nicea dice así: 
Creemos en un solo Dios, Padre Todopoderoso, creador de Cielo y Tierra, de todo lo visible e invisible. Creemos en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho. Que por nosotros y por nuestra salvación bajó del cielo: por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen y se hizo hombre. Por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato: padeció y fue sepultado. Resucitó al tercer día, según las Escrituras, subió al cielo y está sentado a la derecha del Padre. De nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su Reino no tendrá fin. Creemos en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe en una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creemos en la Iglesia, que es una, santa, universal y apostólica. Reconocemos un solo bautismo para el perdón de los pecados. Esperamos la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. AMEN[11].
3)    Macedonianismo. Herejía que negaba la divinidad del Espíritu Santo, y lo consideraban una creatura del Hijo. El Espíritu Santo no es Dios, sino un instrumento creado que Dios utiliza[12]. Lo consideraban una fuerza impersonal, que Dios utilizaba para llevar a cabo sus propósitos eternos.

CONCLUSIONES
A manera de conclusión, me gustaría darles algunas recomendaciones que se desprenden del este estudio, para nuestras vidas como cristianos.
1)    Espirituales. “Tenemos la tendencia a convertirnos en aquello que admiramos y disfrutamos. Y cuanto mayor sea nuestra admiración, mayor será la influencia que aquello ejercerá sobre nosotros”[13]. Al conocer más al Dios Trino, y amarlo como es, serás transformado a su imagen y semejanza. La verdadera espiritualidad es un camino donde se admira al Dios Trino y su obra redentora, para que nos transforme según su voluntad.
2)    Educativos. La educación cristiana hace el énfasis en el individuo (principio de individualidad), Dios nos creó únicos, diferentes y con habilidades y talentos que nadie más tiene, somos su creación especial; pero, debemos relacionarnos con otros (principio de unidad y unión), donde nuestra diferencia bendice y complementa al prójimo, nuestros dones y habilidades fueron dadas para ayudar a otros, en eso radica el amor al prójimo. Sino educamos a nuestros hijos bajo estos principios, estaremos llevándolos por una senda donde les contará más comprender al Dios de la Biblia, que uno y muchos a la vez.
3)    Ser discípulo. Jesús nos dijo: “Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:31-32). Si quieres ser un verdadero discípulo de Jesús, debes permanecer en la verdad de las Escrituras, debes conocer la verdad del evangelio, debes conocer a Dios Trino cada día. Solo así serás un verdadero discípulo de Cristo, solo así serás libre para servir a Dios.

Bibliografía

Orr, J. (1988). El Progreso del Dogma. Barcelona, España: Editorial CLIE.
Piper, J. (2005). Sed de Dios. Barcelona, España: Publicaciones Andamio.
Piper, J. (2006). Los Deleites de Dios. Miami, Florida: Editorial Vida.
Ramírez, A. (2010). Los estándares de Westminster. San José, Costa Rica: Editorial CLIR.
Sproul, R. (1996). Las Grandes Doctrinas de la Biblia. Miami, Floridad: Editorial UNILIT.
Vila, S., & Santamaría, D. (1979). Enciclopedia ilustrada de la historia de la Iglesia. Terrassa, Barcelona: Editorial CLIE.




[1] Sermón predicado el domingo 17 de setiembre de 2017, en la iglesia Ministerios Centro Cristiano de Cartago.
[2] Ortodoxa: que sigue fielmente los principios de una doctrina.
[3] (Ramírez, 2010, pág. 121)
[4] Ídem, pág. 11.
[5] (Sproul, 1996, pág. 37)
[6] (Piper, Sed de Dios, 2005, pág. 45)
[7] (Orr, 1988, pág. 86)
[8] Ídem, pág. 88
[9] http://www.miapic.com/monarquianismo, visitado el sábado 16 de setiembre de 2017.
[10] (Vila & Santamaría, 1979, pág. 205)
[11] http://www.contra-mundum.org/castellano/declaraciones/Credos.html, visitado el sábado 16 de setiembre de 2017.
[12] http://www.iglesiapueblonuevo.es/index.php?codigo=historiap94, visitado el sábado 16 de setiembre de 2017.
[13] (Piper, Los Deleites de Dios, 2006, pág. 18)

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