martes, 4 de abril de 2017

Espiritualidad bíblica, acercarnos al trono de Dios

Texto: Hebreos 4:14-5:10

14Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.
15Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
16Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
1Porque todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres es constituido a favor de los hombres en lo que a Dios se refiere, para que presente ofrendas y sacrificios por los pecados;
2para que se muestre paciente con los ignorantes y extraviados, puesto que él también está rodeado de debilidad;
3y por causa de ella debe ofrecer por los pecados, tanto por sí mismo como también por el pueblo.        
4Y nadie toma para sí esta honra, sino el que es llamado por Dios, como lo fue Aarón. 5Así tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino el que le dijo: Tú eres mi Hijo, Yo te he engendrado hoy. 6Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec.
7Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente.
8Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; 9y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen;
10y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.

Introducción
El escrito de la epístola, traslada su argumentación del día de reposo, para exponer la necesidad de una verdadera espiritualidad bíblica, que no esté centrada en las prácticas religiosas del sistema sacerdotal aarónico. Aquí expone que Cristo es mayor que todo Sumo Sacerdote y el sistema sacerdotal. Es una explicación de cómo debemos interpretar todo ese sistema antiguotestamentario, a la luz de la vida y obra de Cristo Jesús.
Por cierto, aquí hay una extraordinaria explicación de lo que es la espiritualidad bíblica. Algo de lo que debemos estar atentos, para practicar y vivir.
Expondremos una primera parte, lo que sería una descripción de la Espiritualidad Bíblica desde el texto de Hebreos 4:14-16. Luego, daremos las razones de por qué Jesús es el único que nos puede acercar al trono de Dios, en Hebreos 5:1-10.

1)    Espiritualidad Bíblica (4:14-16)
Estos versículos nos dan una pista de nuestro peregrinaje espiritual, nos indican cómo debemos vivir la espiritualidad genuina.
a)   ¿Cómo describe la Espiritualidad Bíblica? La describe en estos términos: “Acercarse confiadamente al trono de la gracia”. No tenga temor ni miedo, de Dios. No pongan excusas, para no acercarse. Todo lo contrario, acérquense con confianza, las puertas de la presencia de Dios, están abiertas para todo aquel que quiera acudir con corazón humilde y arrepentido. El trono de la gracia está accesible, a todos por medio de la obra de Cristo Jesús.
b)   ¿Cómo puedo acceder a esta Espiritualidad Bíblica? La única forma, el único camino, es a través de Jesucristo. Él abrió el camino al trono de la gracia, porque traspasó los cielos, para que tengamos acceso a la presencia de Dios. Eso es posible, porque Él sabe muy bien nuestra condición como seres humanos; Él se identificó con nuestras debilidades, tentaciones y flaquezas, al encarnarse y sufrir todo lo que nosotros sufrimos. Incluso, Él fue tentado en todo, pero no sucumbió.
Por eso, Él es el único que, al compartir la naturaleza humana y divina, nos puede unir, comprendiendo perfectamente, cada una de las realidades a unir: cielo y tierra.
c)   ¿Cuál es el resultado de la Espiritualidad Bíblica?  Pueden expresarse muchas respuestas y consecuencias, de vivir la Espiritualidad Bíblica; pero, el texto expresa dos que son la base de nuestra vida cristiana: Alcanzar la misericordia de Dios y ayuda de la gracia para el momento oportuno. ¿Cómo podemos vivir en este mundo, tan alejado de Dios, sin la misericordia y la ayuda divina? ¿Cómo enfrentar los retos, los problemas, el sufrimiento, las tentaciones, los fracasos, los éxitos y demás circunstancias, sin la misericordia y la gracia de Dios?
La verdadera Espiritualidad Bíblica me lleva a buscar la misericordia y la gracia de Dios; lo demás, es secundario a esto.

2)    Jesús, nos acerca al Trono de Dios (5:1-10)
Teniendo claro lo que es la Espiritualidad Bíblica, el autor de la epístola, dedica tiempo a explicar cómo Jesús, en su oficio como Sacerdote, es el designado por Dios para ser Sumo Sacerdote, nuestro mediador.
Cabe preguntarnos: ¿Cómo ejecuta Cristo el oficio de sacerdote? Cristo ejecuta el oficio de sacerdote al haberse ofrecido a sí mismo a Dios, una sola vez, como un sacrificio sin mancha, para ser la reconciliación por los pecados de su pueblo, y al hacer continua intercesión por ellos (Catecismo Mayor de Westminster, pregunta y respuesta 44).
Si Jesús es nuestro sacerdote o mediador entre Dios y nosotros, ¿por qué Jesús es el único que nos puede acercar al trono de Dios, como una expresión verdadera de espiritualidad cristiana?
a)   Jesús es el mediador entre Dios y nosotros (vv.1, 10)
El sacerdocio aarónico, era deficiente en muchas formas y con el tiempo se corrompió. Ellos debían presentar ofrendas por sus hermanos. Ellos mismos, fueron escogidos por Dios, para hacer esta función. Aquí es Dios mismo quien declara a Jesús Sumo Sacerdote, no según el orden de Aarón, sino según el Orden de Melquisedec, un linaje sacerdotal más antiguo y de mayor relevancia, para las edades de la fe cristiana.
¿Por qué Jesús es el único que nos puede acercar al trono de Dios, como una expresión verdadera de espiritualidad cristiana? Porque Jesús es el único medidor designado por Dios, para estar entre Él y nosotros. Por eso, debes acudir a Cristo en todo momento.
b)   Jesús se identifica con nuestras debilidades humanas (vv. 2, 8-9)
Esta es la razón por la que Cristo se encarnó, “para mostrarse paciente con los ignorantes y extraviados, para estar rodeado de debilidad”. Él (Jesús) padeció mucho y vivió en obediencia a Dios, hasta las últimas consecuencias.
“Aunque él era Hijo de Dios, por medio del sufrimiento aprendió lo que significa obedecer siempre a Dios” (v. 8 TLA). Si Jesús, siendo el Hijo de Dios tiene que obedecer y sufrió, por causa de seguir la voluntad de Dios, ¿por qué será diferente con nosotros? Una verdadera espiritualidad bíblica, implica obediencia a la Palabra de Dios y sufrir por ajustarnos a Su voluntad perfecta.
La frase, en RVR 60: “habiendo sido perfeccionado”, en el versículo 9, proviene de una palabra en griego teleioo (τελειόω, G5048), relacionado con el adjetivo teleios completo, perfecto, y con el Nº 1, denota llevar a un fin en el sentido de completar o perfeccionar, y se traduce «termino mi obra» (Luc_13:32; VM: «el tercer día soy hecho perfecto»). Por lo que se puede traducir como “y terminado su obra, vino a ser autor de eterna salvación…” Esto lo logró, debido a lo expresado en el versículo 8, la obediencia a Dios.
¿Por qué Jesús es el único que nos puede acercar al trono de Dios, como una expresión verdadera de espiritualidad cristiana? Porque Jesús conoce perfectamente nuestra realidad, de pecado, debilidades y flaquezas, para así llevarnos a Dios a través de la obediencia de Su Palabra y el enfrentar todo por ajustarnos a Su Voluntad Eterna.
Si Jesús logró terminar su obra, en favor nuestro, ¿por qué vas a dudar en que Él que comenzó la buena obra, no la va a terminar? Tu crecimiento espiritual, deben de la gracia de Dios; solo debes buscar obedecer la Palabra y seguir a Jesús. Cristo, mediante sus sufrimientos, nos enseñó hasta donde debemos someternos a Dios y obedecerlo (Juan Calvino).
c)   Jesús intercede ante Dios, por nosotros (vv. 3, 7)
Una de las funciones sacerdotales era ser el intercesor entre el pueblo y Dios. Esa misma función la tiene Cristo Jesús; quien, debido a tiempo en medio de la encarnación, ofreció ruegos y súplicas a Dios, por nosotros. Y ahora, sigue haciendo lo mismo delante del trono de Dios.
¿Por qué Jesús es el único que nos puede acercar al trono de Dios, como una expresión verdadera de espiritualidad cristiana? Porque Él está en el trono de Dios, intercediendo por nosotros (Romanos 8:34; Hebreos 7:25). Una espiritualidad genuina te lleva a Cristo, para que Él interceda por ti, delante del trono de Dios.
d)   Jesús es el Sumo Sacerdote, designado por Dios (vv. 4-6)
El llamado a ser Sumo Sacerdote, fue dedicación de Dios. Fue Él quien designó al linaje de Aarón, para este encargo. Igual ocurrió con Jesús, fue Dios mismo quien los llamó, y designó como Sumo Sacerdote. Esa fue su misión y llamado divino.
¿Por qué Jesús es el único que nos puede acercar al trono de Dios, como una expresión verdadera de espiritualidad cristiana? Porque fue llamado y designado por Dios, para ser nuestro Sumo Sacerdote, el único que nos puede llevar a una relación con Dios el Padre. Si Jesús es el único camino, la única verdad y el único que da vida eterna, ¿por qué no vamos tras sus huellas? ¿Por qué lo evadimos y nos apartamos de Su camino, por qué dejamos de aceptar Su verdad y por qué no reconocemos nuestra necesidad de Su vida eterna?

Conclusión

El llamado es a acercarse al trono de la gracia. Ven a Jesús. Deja de estar jugando a la religión y toma en serio el llamado de Dios, de vivir como discípulo de Cristo, y creciendo en una verdadera espiritualidad bíblica.

SERMONES DE PEDRO

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