lunes, 27 de octubre de 2014

El Reino de Dios, fundamento de la Reforma Protestante

Introducción
El 31 de octubre, celebramos un evento sin igual en la historia del cristianismo y la humanidad en general, un monje agustiniano desconocido, de nombre Martín Lutero, clavó en la iglesia de Wittemberg, lo que él llamó las 95 tesis, que querían corregir algunos de los errores que se estaban dando con la venta de indulgencias, por parte de varios vendedores.
Según el pensamiento del Dr. Lutero, los líderes de la iglesia de Roma, estarían de acuerdo con él, porque sus intenciones no eran atacar a la iglesia, sino corregir varios errores; pero, lo que se dio fue todo lo contrario. Este evento fue la chispa que encendió un movimiento de transformación, que cambió el mundo para siempre.
Hay mucho que se puede decir de lo que pasó en el siglo XVI y siguientes; pero, hay una pregunta que debemos hacernos: ¿Cuál era el fundamento que originó, motivó y sostuvo a tantos creyentes, a estar dispuestos hasta la muerte? ¿Cuál era la piedra angular del movimiento de Reforma Protestante, en sus aspectos bíblicos, teológicos, espirituales, culturales, académicos y vivenciales? ¿Cómo podían oponerse al statu quo, de su época, para seguir sus convicciones de volverse al Dios de la Biblia?
Una de los distintivos del movimiento de la Reforma es su apego a las Escrituras. Eso les dio la comprensión bíblica del Reino de Dios, el fundamento de todo su movimiento. El Reino de Dios es el tema clave de la Biblia. Sin un entendimiento del mismo, la fe cristiana es nada. Así que, trataré de bosquejar cómo el movimiento de Reforma, hizo del Reino de Dios, el fundamento de todo lo que creyeron, escribieron e hicieron.
Para comprender mejor esto, dividiremos la comprensión del Reino de Dios, en cinco ideas claves: (1) El soberano del Reinos: ¿Quién manda?; (2) Representación del Reino: ¿Quiénes tiene autoridad delegada?; (3) La Palabra: ¿Cómo se gobierna?; (4) Las Sanciones: ¿Cuáles son las consecuencias de la obediencia o no?; y (5) La Herencia: ¿Cómo continúa el Reino de Dios, a través del tiempo? Cada una de estas ideas, fueron claves para los principales líderes del movimiento de Reforma y les dio todo el fundamento para comprender el llamado de Dios para su momento histórico. Daremos un vistazo a algunos textos de Romanos, como afirmaciones bíblicas, que fortalezcan estas ideas.
Y por último, hacemos algunos desafíos, para hacer la diferencia el día de hoy y continuar con el movimiento de Reforma, porque realmente, la reforma no ha terminado aún. De ahí la frase: “ecclesia reformata semper reformanda”, que se traduce como: la Iglesia reformada siempre reformándose; significando la gran necesidad que revisión de lo que somos y hacemos, como iglesia. El Dr. Juan Stam lo explica de esta manera:
Es impresionante que los reformadores hayan tenido la humildad y la flexibilidad de ver su movimiento como inconcluso, con necesidad de continua revisión. Sabían que su encuentro con la Palabra de Dios había introducido en la historia nuevas fuerzas de transformación, pero (a lo menos en sus mejores momentos) no tenían ilusiones de haber concluido la tarea. Su gran mérito histórico fue el de haber hecho un buen comienzo, muy dinámico, y precisamente de no pretender haber dicho la última palabra[1].

1)    Soberanía del Rey
Marco Bíblico.
Pablo señala la soberanía de Dios, desde los primeros versículos de Romanos. Es Dios quien lo aparta para el evangelio, “apartado para el evangelio de Dios” (v.1); Dios mismo había prometido, con anterioridad, la llegada de sus Hijo, “que él (Dios) había prometido antes por sus profetas” (v.2); y es Dios quien declara Su Hijo a Jesús, y lo resucita de entre los muertos, con poder (v 4).
¿Quién se le opone a Dios, para que haga esto? A través de toda la epístola, el apóstol Pablo, establece el principio de la soberanía de Dios en todo lo que ocurren. Ese es un principio bíblico fundamental: Dios es soberano en el cielo y en la tierra, creador de todo lo que existe.
Dios es el origen, fundamento, centro y fin de todo. Hay que reconocer que este es uno de los pilares más relevantes e importantes del evangelio; sin él, tendríamos un evangelio falso, con un Dios reducido a la opinión de las personas.
Pero, el verdadero evangelio muestra la omnipotencia, omnisciencia y omnipresencia del Dios de las Escrituras: el Dios que creó todo de la nada, el Dios que llamó a cada uno de los patriarcas; el Dios que liberó al pueblo de Israel del Egipto y lo introdujo en la tierra prometida a Abraham; el Dios que prometió el nacimiento del Gran Rey de Reyes; el Dios que se hizo hombre, para redimirnos en la cruz. Ese es el Dios soberano, que te ha llamado y redimido.
Marco Histórico.
Ese fue el conflicto que vivieron los reformadores del s. XVI. La iglesia de Roma, se había arrogado el derecho divino de ser el representante de Dios en la tierra.
La Reforma Protestante, vino a reivindicar la soberanía de Dios, frente a los abusos de la autoridad del sistema papal de la época medieval. ¿Cómo entendían los reformadores, el principio de la soberanía de Dios? Así lo expresaban:
“El fin de la piedad, al igual que el de toda la vida cristiana, es la gloria de Dios –gloria que brilla en los atributos de Dios, en la estructura del mundo y en la muerte y resurrección de Jesucristo-. Glorificar a Dios se antepone a la salvación personal para toda persona piadosa… Sin embargo, no creo que sea propio de un auténtico teólogo el procurar que el hombre se quede en sí mismo, en vez de mostrarle y enseñarle que el comienzo de la buena reforma de su vida consiste en desear fomentar y dar realce a la gloria del Señor”[2].
Ellos levantaron el nombre de nuestro Señor y Dios, al lugar de honor que debe tener. Ellos lo resumieron en una sola frase: ¡SOLI DEO GLORIA! La Reforma solo le dio la gloria a nuestro Señor Jesucristo. Ellos estaban dispuestos a vivir y morir por y para la gloria de Dios. Ellos antepusieron la gloria de Dios, a sus vidas, sus familias y sus posesiones. Tenían la profunda convicción de que debían vivir de manera radical, para la gloria de Dios.
Esta era la forma en que Juan Calvino, creía que todo creyente piadoso debía confesar: “Somos de Dios: vivamos, por tanto, para Él y muramos para Él. Somos de Dios: esfuércense, en consecuencia, todas las partes de nuestra vida por alcanzarlo como nuestro único fin legítimo”[3]. Esa debe también ser nuestra confesión, si queremos vivir piadosamente para la gloria de Dios.

2)    Representación del Reino
Marco Bíblico
En Romanos 1:13-15, Pablo es comisionado por Dios, para anunciar el evangelio a los judíos y gentiles. Este es el principio de la delegación de autoridad a los seres humanos. Dios comisionó a Pablo, para anuncia el evangelio a otros.
La autoridad total de Dios, no puede estar en las manos de una sola persona o un grupo élite. Porque el poder corrompe; y el poder absoluto, corrompe absolutamente.
La delegación de autoridad fue dada por Dios, a la humanidad. Génesis 1:26, se le entrega el mandato de gobernar sobre toda la creación, a la humanidad: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y que señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra”. Pero, el pecado ha hecho que muchos quieran tener le poder de gobernar tiránicamente, sobre otros. El pecado por naturaleza, provoca que deseemos ser el centro del universo y todos los demás, nos deben servir a nosotros.
Para que esto no se dé, Dios ha delegado Su autoridad, en diferentes esferas de gobierno o instituciones, con autoridad delegada y que se deben respectar, como lo establece Pablo en Romanos 13. Estas esferas o instituciones fundamentales son: el autogobierno, la familia, la iglesia y el gobierno civil, entre otras. Si reconozco la soberanía de Dios en mi vida, puedo someterme a la autoridad que el Señor ha puesto sobre mí. Si soy hijo(a), a los padres; si soy miembro de una iglesia, a los pastores o líderes; si soy ciudadano, a las autoridades respectivas; si soy trabajar, al jefe.
Marco Histórico.
Los reformadores comprendieron muy bien este principio y desafiaron a las autoridades abusivas de su época. Ellos desafiaron a reyes, emperadores, monarcas, obispos, papas, concilios, dietas y otros, limitando su poder. Esto fue el origen de las actuales democracias occidentales, donde el gobierno era representativo y elegido por votación popular.
Uno de los principios protestantes más relevantes, es “el sacerdocio de todos los creyentes”. Significa que los creyentes no necesitan de un sacerdote o intermediario, entre ellos y Dios. Cualquier sistema o creencia, que coloque a un ser humano, como mediador entre Dios y los creyentes, está equivocado. “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1 Timoteo 2:5).
Usted no necesita a un sacerdote, o pastor, o un clero que le medie la gracia de Dios. El desafío de la Reforma es que usted mismo se presente delante de Dios, a través de la obra de Cristo Jesús. Como bien lo dice el escritor a los Hebreos: Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro… “Pero sin fe es imposible agradar a  Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” (Heb. 4:16; 11:6).
Usted puede adorar a Dios, en cualquier lugar sin necesidad de que nadie te medie. Acércate a Dios, ríndete al Señor Jesucristo, cree en las promesas de la Biblia, obedece su Palabra, vive en santidad y piedad.

3)    Ley-Palabra del Reino
Marco Bíblico
Pablo escribe que el evangelio es poder de Dios, para la salvación (Romanos 1:16-17). Este pasaje fue el que le dio la luz, que Lutero necesitaba, para tener paz para con Dios. Él vio el poder del evangelio y la vida de fe, del justo. Eso cambió su vida para siempre, dándoles la vida eterna que buscaba y la paz que necesitaba para con Dios.
Este poder está en las Escrituras; ellas son la revelación, infalible, inerrante, suficiente y transformacional de Dios. Todo lo que necesitamos para creer en Dios y nuestros deberes para con nuestro prójimo, están en las Escrituras. La Biblia es el poder de Dios para salvación. ¿Quieres el poder de Dios en tu vida, para vivir por fe y para fe? Lee, estudia, medita, obedece y ama las Escrituras.
Marco Histórico.
Las escrituras habían sido encubiertas por siglos. Los que se atrevían a traducirla al lenguaje común, sufrían la muerte. La Reforma Protestante, sacó a la luz las Escrituras. Su lema era “Sola Scritura”, solo las Escrituras son suficiente.
Para Martín Lutero, las Escrituras dirigían su vida y pensamiento. Ante la dieta de Worms, en 1521, ante la insistencia de que se retractar de sus escritos, él dijo lo siguiente, ante el emperador, los nobles y los clérigos presentes:
No puedo ni quiero retractarme a menos que se me pruebe, por el testimonio de la Escritura o por medio de la razón, que estoy equivocado; no puedo confiar ni en las decisiones de los Concilios ni en las de los Papas, porque está bien claro que ellos no sólo se han equivocado sino que se han contradicho entre sí. Mi conciencia está sujeta a la Palabra de Dios y no es honrado ni seguro obrar en contra de mi propia conciencia. ¡Qué Dios me ayude! Amén”[4].
Lutero fue un conocer de las Escrituras y fue a través de su estudio y meditación del texto sagrado, que encontró la paz con Dios. El texto que iluminó su corazón fue: “Mas el justo por la fe vivirá”. Su vida cambió, porque el poder de Dios, los transformó, y empezó a vivir por fe (Sola Fide).
Otro de los reformadores, Juan Calvino, escribió: “La palabra de Dios enseña no para instruirnos a balbucear ni para convertirnos en elocuentes y sufrientes; sino para reformar nuestra vida para que se conozca que deseamos servir a Dios y darnos enteramente a Él y conformarnos a su buena voluntad”[5].
Los reformadores tenían muy arraigado el principio de Sola Scriptura, que llevaron la palabra de Dios a todos. Eso dio origen a las traducciones de la Biblia, así, que son los protestantes quienes dan un impulso a la traducción de las escrituras al lenguaje común de todos los pueblos.

Martín Lutero, la tradujo al alemán (1522);

William Tyndale, al inglés (1530);

Pierre Robert Olivétan, al francés (1535);

Oddur Gottskálkssonusing, al islandés (1540);

Arzobispo Mikael Agricola, al fislandés (1548);

Casiodoro de Reina, al español (1569)[6].

Estos son algunos ejemplos históricos, de cómo la reforma promovió la traducción de las Escrituras a otros idiomas, para que todos puedan leer y estudiar la Palabra de Dios en sus idiomas maternos. Desde que Gutenberg imprimió la Biblia, hace cinco siglos, se han vendido 6.000 millones de ejemplares, en El Mundo Magazine, 4 de enero de 2009, se afirma que ...ya ha sido traducida a 2 254 idiomas. Aún falta por editarla en 4.500 lenguas[7].

Definitivamente, para los reformadores del s. XVI, las Escrituras son el Poder de Dios para salvación. ¿Qué es para ti, la Biblia? ¿Qué lugar ocupa las Escrituras en tu vida?


4)    Sanciones del compromiso al Reino
Marco Bíblico
La enseñanza de Pablo es los capítulos 1:18 al 3 de Romanos; es desafiante: “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23). Uno puede ver el contraste, el capítulo 4, donde Abraham es el padre de la fe, “creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia (Romanos 4:3).
Hay sanciones o consecuencias por la obediencia o desobediencia al a palabra-ley del Dios soberano. Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 6:23). Dios demanda un compromiso de obediencia a Su Palabra y servicio al Reino de Dios. Si queremos ser verdaderos discípulos de Cristo, debemos vivir en santidad y piedad.
Marco Histórico.
¿Cómo era la vida religiosa en el siglo XVI? Aquí una descripción de la forma en que vivían el clero:
“La corrupción del clero era grande, la ignorancia de los instrumentos designados para predicar era necia, la mundanidad del Papado era motivo de escándalos”[8]… “La universidades y las escuelas de lo burgos permitían a los laicos criticar la ignorancia que prevalecía en las tres cuartas partes del clero, así como la codicia y el lujo de los demás”[9].
En ese ambiente de inmoralidad, corrupción, lujuria, codicia y otros pecados de los líderes religiosos, fue que la reforma adquirió fuerza y se extendió por todo el mundo conocido. ¿Por qué logró la Reforma tener este gran impacto? La razón es que promovieron una vida de obediencia a las Escrituras, la santidad y piedad.
Estas son algunas de las enseñanzas de los Reformadores, sobre la evidencia, de una vida entregada a Cristo.
Juan Calvino escribió: “Dios nos ha prescrito un camino para glorificarlo, a saber, la piedad, que consiste en la obediencia a su Palabra. El que traspasa estos límites no se ocupa de honrar a Dios sino, más bien, de deshonrarlo”[10] …”La palabra de Dios es central para el desarrollo de la piedad cristiana en el creyente”[11].
Martín Lutero escribió: “Esta reina (la Sagrada Escritura) debe dominar; todos deben obedecer y someterse a ella. No deben ser maestros, jueces o árbitros de ella, sino simples testigos, discípulos y confesores, ya sean el papa, Lutero, Agustín, Pablo o un ángel del cielo. Ninguna otra doctrina debe ser transmitida y oída en la iglesia más que la pura palabra de Dios, pues de otra manera, los doctores y oyentes con su doctrina serían anatema”[12]
Ser creyente piadoso era un asunto de vida o muerte. ¿Vivirás en obediencia a la Palabra de Dios, o vivirás en desobediencia a Dios y Su Palabra?

5)    Herencia del Reino
Marco Bíblico
Pablo expresa el gran deseo de ir a Roma, para comunicarles algún don espiritual, a fin de que sean confirmados (Romanos 1:11). Más adelante, les explica del trabajo que ha estado haciendo, para comunicar el evangelio en todos lados, Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno, sino, como está escrito: Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de él, verán; Y los que nunca han oído de él, entenderán (Romanos 15:20-21).
Pablo quería dejar una herencia, a su generación y las siguientes, el mensaje del Reino de Dios. Cada momento en que predicó, el trabajo que realizó, las cartas que escribió, el tiempo dedicado en la enseñanza y el discipulado de otros, es parte el hermoso legado del apóstol a los gentiles, Pablo.
Es un legado que ha pasado de generación a generación. Ha habido momentos en la historia, que parece que se pierde, pero Dios, siempre levanta nuevos iluminarias, le no dejan que la luz del evangelio se apague. La Reforma Protestante, significó un gran despertar, un extraordinario avivamiento, que cambió el curso de la historia y una vez más, las verdades del evangelio iluminaron en el mundo.
Marco Histórico.
“La reforma en realidad no fue un solo movimiento, sino una serie de estallidos similares de la fuerza religiosa”[13]. La influencia de la Reforma del siglo XVI ha alcanzado niveles inimaginables. Las ideas dela Reforma Protestante ayudaron “a los cristianos a entender la piedad en términos de vivir y actuar cada día conforme a la voluntad de Dios (Rom. 12:1-2), en medio de la sociedad humana… la espiritualidad protestante se centró en cómo vivir la vida cristiana en familia, el campo, la fábrica y el mercado”[14].
Si vamos a dejar la misma herencia de fe, que hemos recibido, debemos ser verdaderos discípulos de Cristo, comprometidos con la verdad del evangelio, dispuestos a vivir piadosamente en obediencia a la Palabra de Dios, y entregando una herencia a nuestros hijos, la fe que ha sido una vez dada a los santos” (Judas 1:3).

Conclusiones
Uno de los predicadores del siglo XVI, dijo: “Quitad la Palabra, y no quedará fe alguna”[15]. Estamos viviendo en la época, donde hay un esfuerzo sistemático por quitar la Palabra de Dios del centro del cristianismo, debemos preguntarnos: ¿Qué vamos a hacer para continuar con la enseñanza de las verdades bíblicas?
La Reforma Protestante reivindicó las verdades centrales del Reino de Dios.
1)    Colocó el honor, la gloria y la soberanía de Dios, en el sitio de más alto lugar en las vidas de las personas, las familias, las instituciones y las naciones. A nosotros nos toca, vivir bajo la misma consigna: ¡SOLI DEO GLORIA!, solo le damos la gloria a nuestro Dios soberano.
2)    Los predicadores de la Reforma, abrieron el camino para la libertad religiosa y civil, al enseñar que todos los seres humanos son libres, vivir por la verdad de Dios, y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres (Juan 8:32). A nosotros nos toca seguir predicando lo mismo, para enseñar el sacerdocio universal de todos los creyentes.
3)    La Reforma hizo que las Escrituras alumbraran con al poder, que todos conocieron de las enseñanzas bíblicas. Nos toca seguir su ejemplo, para discipular a otros bajo la consigna de Sola Scriptura y Solo Cristus. ¿Qué significa para ti, la Biblia? ¿La lees y meditas diariamente? ¿Eres desafiado a vivir en obediencia a la Palabra de Dios? ¿Qué estás haciendo para que la Palabra de Dios llegue a más personas? 
4)    Las consecuencias del estilo de vida no se pueden ocultar. Por sus frutos los conoceréis. La Reforma recalcó la gran necesidad de vivir vidas piadosas y entregadas a la obediencia a Dios. Eso mostraría quiénes son verdaderos discípulos de Cristo.
Hoy que tenemos el germen del “nominalismo”, personas que creen que ser cristianos es un asunto de moda, o para acallar su consciencia, participan de actividades religiosas, los fines de semana u otros días. Pero, eso no es así. Debemos vivir nuestro cristianismo bajo la premisa de  Sola Fide y Sola Gratia; cuando aprendamos a vivir dependiendo de la gracia de Dios y a afirmar nuestra fe, en las Escrituras, se notará que Cristo habita en nosotros.
5)    Aquí quiero retar a los padres de familia. Ustedes son los principales responsables de trasmitir la fe a sus hijos. Edúquenlos en el temor del Señor, dediquen tiempo a la lectura y enseñanza de las escrituras. Oren diariamente, con ellos. Modelen la fe a sus hijos, para que aprenda viéndoles confiar en el Señor y depositar su fe en las promesas de Dios.
Satanás, te recordará tus pecados y errores del pasado; Dios te dirá lo que serás, si confías en Él. ¿A quién oirás? Recordar a lo que pasó en el siglo XVI, nos ayuda a afirmar en nuestros corazones, que cuando oyes la palabra de Dios, crees en esa promesa hecho por el Señor y la obedeces fielmente; todo es posible. Te reto a que vidas por la Palabra de Dios y dejes que el Espíritu Santo reforme tu vida, para la gloria de Dios Padre. ¡Soli Deo Gloria!

Bibliografía

Beeke, J. (2008). La espiritualidad puritana y reformada. Graham, EEUU: Publicaciones Faro de Gracia.
Lutero, M. (2008). Martín Lutero: Intérprete bíblico. Buenos Aires, Argentina: Editorial Concordia.
McNeill, J. (S.F.). Los forjadores del Cristianismo, Tomo 2. Barcelona, España: Editorial CLIE.
Vila, S., & Santamaría, D. (1976). Enciclopedia Ilustrada de historia de la Iglesia. Barcelona, España: Editorial CLIE.






[2] Beeke, J. (2008), pág. 3.
[3] Idem.
[4] http://www.desarrollocristiano.com/articulo.php?id=639, visitado el 24 de octubre de 2014.
[5] Vila, S. y Santamaría, D. (1979), pág. 119
[6] http://www.wycliffe.net/BTT-ES.html, revisado el sábado 25 de octubre de 2014
[8] Vila, S. y Santamaría, D. (1979), pág. 111.
[9] McNeill, J. (s.f.), pág. 194.
[10] Beeke, J. (2008), pág. 3.
[11] Ídem, pág. 7.
[12] Lutero, M. (2008), pág. 9.
[13] McNeill, J. (s.f.), pág. 203.
[14] Beeke, J. (2008), pág. 21.
[15] Ídem, pág. 5.

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