jueves, 10 de enero de 2013

Tres metas para el 2013


Lic. Maynor Agüero Obregón
Introducción
El inicio del año, nos planteamos metas personales, familiares, ministeriales, profesionales y otras.
Las metas son la forma en que damos mantenimiento a nuestras vidas, siempre que las logremos cumplir. Dan vitalidad y sentido a todo lo que hacemos. Las metas nos orientan en el trabajo futuro; la disciplina nos ayuda a ponerla por obra, en el presente.
La experiencia de las canoas de mi casa, al no darle una limpieza en estos años, se llevó de un musgo que ocupaba el espacio para desaguar el agua. A sí ocurre con nuestras vidas sino revisamos qué estamos haciendo y por qué.
Por eso preguntarnos para qué nos creó Dios, por qué estoy en esta tierra, hacia dónde voy, cuáles serán las metas que Dios aprueba y así, seguirlas.
Por eso, quiero hacer el planteamiento de tres metas divinas, o metas que emanen de las escrituras y el deseo de Dios, para nuestras vidas, para que sean el norte en todo lo que hagamos este año.

1)   Transformar nuestras vidas.
Jesús nos mostró cómo vivir para la gloria de Dios. La relación trinitaria es un modelo a seguir en nuestras relaciones de vida.
2 Corintios 5.17: De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
Efesios 4:22-24: En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.
a)    Estar en Cristo implica vivir de una manera diferente, es dejar la “cosas viejas” o “el viejo hombre”, para vivir de acuerdos a una nueva creación hecha por Dios en nuestras vidas.
b)   Al venir a Cristo, hay un antes y un después. Se debe notar la diferencia, ¿pueden aquellos que están a nuestros alrededor señalar la diferencia en nuestras vidas, desde que fuimos transformados por Cristo Jesús?
c)    Para ser nuevo hay que vivir en Cristo. El cambio de naturaleza, la nueva creación es hecha por Dios, a través de la obra del Espíritu Santo, “en la justicia y santidad de la verdad”.
d)   Pero, ¿realmente es posible un cambio de esta magnitud? ¿Puede un árbol de mango, dar manzanas? A eso se refiere la transformación de vidas. Dejemos que sea el apóstol Pablo quien nos cuenta si será posible:
1 Timoteo 1:12-16: Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio, habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad. Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús. Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí el primero toda su clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en él para vida eterna.
El apóstol Pablo testifica sobre la transformación que la gracia de Dios hizo en su vida. Así debe ser en nuestras vidas, debemos ser un fiel reflejo del poder transformador de la gracia de Dios, para cambiarnos de empedernidos pecadores a obedientes pecadores, rendidos a la gracia de Dios.

2)   Pensar bíblicamente.
Nuestra vida será afectada por las personas que nos influencian y los libros que leamos.
Proverbios 23:7  Porque cual es su pensamiento en su corazón,  tal es él.
Romanos 12:2. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
2 Corintios 10:3-5: Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.
a)    Nuestros pensamientos determinan quienes somos realmente. ¿Cómo alimentamos nuestros pensamientos? Lo que el alimento es al cuerpo, los libros lo son a nuestros pensamientos. ¿Qué estás leyendo y cómo estás alimentando tus pensamientos? Debemos leer la Biblia diariamente, estudiarla constantemente y compartirla sin reservas. Además, ten una lista de buenos libros, que te ayuden a crecer en el conocimiento del Señor.
b)   No conformarse o ajustarse a este mundo, inicia con la transformación (en griego metamorfoo, cambiar en otra forma) de nuestra mente, “así podrán saber qué es lo que Dios quiere, es decir, todo lo que es bueno, agradable y perfecto” (TLA).
c)    Una de las mayores guerras espirituales es por llevar “cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo”. Eso implica que las ideas tienen consecuencias. Nuestros pensamientos determinan nuestra forma de hablar, vivir, ver el mundo, en fin determinan nuestra percepción o cosmovisión de todo lo que nos rodea. Nuestro lema debería ser Filipenses 4.8: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.

3)   Impactar a otros, discipulado bíblico.
Si discípulas a una persona, cambias la vida de muchas personas.
Mateo 28:18-20: Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
a)    La orden de Jesús de hacer discípulos, sigue vigente hoy; es más, hoy es una gran necesidad en medio de nuestra congregación. ¿Qué es ser cristiano? Es ser un discípulo o aprendiz de Cristo, de cómo Él piensa, actúa, siente y sirve a Dios y a otros.
b)   En este año, esto es lo que debemos trabajar más intensamente, ¿cómo promover el discipulado en todos los niveles y áreas de nuestra congregación, para tener más discípulo? Para ser un discípulo, debes ser transformado por el Espíritu Santo y renovar continuamente tu mente por la palabra.
c)    ¿Qué harás este año, para seguir creciendo como un discípulo de Cristo? Da un paso a la vez; pero, camina como un discípulo que quiere honrarlo con todo lo que eres y tienes.

SERMONES DE PEDRO

INTRODUCCIÓN En los anteriores sermones se ha explorado la forma en que los discípulos de Jesús se desarrollaron como una comunidad unid...